Incursionó en la caricatura, humor gráfico, poesía y microficción como una búsqueda personal de expresión. (Foto: Facebook: Walter Toscano)
Incursionó en la caricatura, humor gráfico, poesía y microficción como una búsqueda personal de expresión. (Foto: Facebook: Walter Toscano)

nació en Chimbote y desde infante vive en Casa Grande. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Trujillo. Asimismo, llevó cursos básicos de diseño gráfico e inglés británico. Incursionó en la caricatura, humor gráfico, poesía y microficción como una búsqueda personal de expresión. Ha obtenido premios nacionales e internacionales en pintura, poesía, microficción, humor gráfico y caricatura. Sus textos literarios han sido antologados en revistas y libros. Ha sido editor y director de las revistas Piel de Kamaleón (literatura) y PerroKalato (arte gráfico internacional). Ha sido jurado internacional en caricatura y humor gráfico. Sus obras artísticas han sido exhibidas en el Perú y el extranjero. Tiene alrededor de setenta premios internacionales en caricatura, convirtiéndose en el caricaturista peruano más premiado a la fecha; los más importantes los recibió en Argentina, Brasil, Colombia, México, Italia, Rumania, Portugal, Polonia, Turquía, Canadá, Irán, entre otros. Ha merecido reconocimientos a su trayectoria artístico-literaria por parte del Gobierno Regional de La Libertad y la Municipalidad Distrital de Casa Grande, en Perú, y en Colombia. Viene participando en exposiciones culturales en Perú y el exterior. Hemos estado atentos a su ascenso artístico, de ahí esta oportuna e impostergable entrevista.

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Has egresado de Bellas Artes. ¿Prefieres el dibujo, o también haces pintura, retrato?

Estudié la especialidad de Dibujo y Pintura. La caricatura ha sido el camino que más he transitado, pero no soy ajeno al retrato, pues en las aulas de Bellas Artes me ejercité en este aspecto. No tengo preferencia alguna.

¿Cuándo descubriste tu talento, y cómo te sientes en este arte en el campo de la caracterización de perfiles humanos?

Vino de manera natural como se aprende a caminar, y la caricatura la fui descubriendo en las aulas de Bellas Artes, dibujando a mis compañeros de aula y profesores, sin haber tenido ningún maestro; no obstante, he tenido referentes que han marcado mi camino. La caricatura me permite profundizar en el alma humana con mayor amplitud y complejidad que a través del retrato.

Sería interesante ver a los personajes políticos nacionales a través de tu arte de caricaturista. He representado personajes políticos internacionales, pues mi interés está centrado en graficar los estados del alma, en capturar la esencia antes que pulverizarlos de manera crítica. En este sentido, no dejo de lado mi talante estético.

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¿Has tenido alguna dificultad especial en llevar a lo gráfico a personajes internacionales? ¿Cómo es ese “proceso creativo”?

Hay personajes más difíciles de representar; otros exteriorizan sus gestos y muestran rasgos más acentuados, estos facilitan el trabajo para la caricatura y, por fortuna, son los que más abundan. Inicio con la investigación biográfica del personaje, reviso fotos, videos –si los hubiera–, audios, escritos. Luego esquematizo al individuo; esto es algo que todo caricaturista debe hacer, ya que los novatos suelen ir directamente a los detalles, exagerando lo que no se debe y perdiendo el parecido con el personaje. Después, si hace falta, hago otro boceto extremando la exageración. Mi trabajo final lo realizo en otro soporte, con la técnica que el personaje me exige. A los personajes históricos prefiero trabajarlos en blanco y negro o en sepia, y para los más actuales recurro al color.

Cuando haces una caricatura, ¿te fijas en la temática o son expresiones y creaciones libres, incluso el título?

Si te refieres al humor gráfico, me fijo en algún tema universal, que en cualquier lugar del mundo nos inquieta, nos conmueve, nos degrada o enaltece. El título me señala el trabajo. El humor gráfico busca hacernos reír o reflexionar; mi interés es lo segundo.

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Tus caricaturas obligan a pensar. No solo es el dibujo del rostro, sino en el acabado estilizado con tecnología. ¿Cómo has desarrollado este estilo? ¿Estás consciente de ese aspecto en tus trabajos?

Mis caricaturas tienen dos secciones: tradicional y digital. En lo tradicional uso materiales de fácil acceso sin intervención digital. En lo digital uso Photoshop, a veces empiezo con un dibujo sobre papel, le tomo foto y lo pinto digitalmente; otras veces hago el trabajo 100% digital desde el dibujo hasta el pintado. Me preocupo en darle a mis trabajos la apariencia plástica, inclusive si son digitales. Suelo agregar elementos para que el espectador pueda identificar quién es el representado y a qué se dedica o se dedicó.

¿Has recibido ofertas para difundir tu arte en revistas, periódicos, o finalmente dedicarte a la publicidad?

Sí, pero en los albores de mi juventud tuve una ingrata experiencia con una revista; desde ese tiempo no me entusiasma la idea de volver a colaborar, a sabiendas que hay una línea editorial restrictiva de la libertad de expresión. La publicidad me emociona menos. Soy lo que se dice un artista “underground”, estoy lejos de los círculos artísticos, soy un ermitaño en el arte.

¿Qué planes tienes en cuanto a la caricatura?

Tengo más sueños que planes. Los sueños son permanentes; en cambio, los planes pueden cambiar con el tiempo. Algún plan inalterable: jugar hasta que se acabe el tintero.

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