Las startups, así como cualquier negocio nuevo, comienzan usualmente con dos o más personas que serán los primeros socios de una compañía. Los papeles de cada uno de los socios pueden variar. Puede que alguno sea el conocedor del mercado y el segundo, el primer inversionista; o puede que ambos sean conocedores del mercado y aporten capital para iniciar el negocio.
“Debemos tener en cuenta, primero, que las startups son negocios emergentes. Son aquellas compañías que buscan crecer de forma rápida y volverse atractivas en el mercado. Usualmente, el destino final de los startups es la compra de estos por compañías mejor posicionadas o conseguir una inyección de capital por inversionistas interesados”, explica Carlos Enríquez, asociado senior del área Corporativa del estudio Miguel Mur & Abogados.
En ese sentido, Enríquez menciona que un ejemplo cómo dos socios que recién empiezan pueden terminar en un litigio es el caso de Facebook, donde Mark Zuckerberg y Eduardo Saverin fueron cofundadores de la compañía. Unos años después, Mark Zuckerberg intentó disolver la participación en la sociedad de Eduardo Saverin de un 30% a un 0.03%, dejándolo en la práctica sin poder de decisión.
¿Esta situación se pudo haber evitado?
“Por supuesto, se pudo haber evitado si ambos fundadores hubiesen suscrito un contrato en el que se determina que la participación de Eduardo Saverin no podía ser disuelta a un nivel inferior al 30% y que conservaría sus derechos políticos, por ejemplo”, detalla el especialista del estudio Miguel Mur & Abogados.
En esa línea, subraya que si hubiese existido tal documento, Mark Zuckerberg no hubiese intentado siquiera realizar ese movimiento corporativo. “Hubiese existido un conflicto, probablemente, pero Eduardo Saverin no hubiese visto afectada su participación y el conflicto no hubiese escalado a los tribunales. Tampoco hubiese existido una indemnización millonaria”, añade.
Convenio de accionistas
El contrato en mención es llamado Convenio de Accionistas y/o Pacto de Socios. Dicho documento debe de ser entendido como un contrato entre las partes. Si está registrado en los libros de la empresa, entonces puede ser exigible al órgano de administración de esta. “En el Convenio se regulan aspectos fundamentales para cada empresa emergente, desde cuántas acciones conservarán luego de ser financiadas hasta el procedimiento para que uno de ellos pueda salir de la sociedad”, detalla Enríquez.
Entre los aspectos que no deben quedar fuera del convenio, el estudio Miguel Mur & Abogados destaca siete:
- Control de la Sociedad: Definir si los socios están dispuestos o no a ceder el control de la compañía a un inversionista por dinero, así como los derechos políticos que tendrá cada socio. Esto limitará el perfil de inversionistas que buscan y cuánto poder están dispuestos a entregar.
- Distribución de Utilidades: Debe de estar regulada la política de distribución de utilidades para que los fundadores reciban sus primeras ganancias. Es usual que al inicio de una startup se busque reinvertir el total de las utilidades. Por tanto, Enríquez recomienda que dicho aspecto conste por escrito en el Convenio.
- Vigencia: Es importante definir cuánto durará el proyecto, así como cuánto tiempo deberán esperar para recuperar el dinero invertido u obtener sus primeras ganancias. Los fundadores deberán de tener estos aspectos claro y por escrito.
- Funciones: Si los cofundadores de la startup van a trabajar en la compañía, siendo que la mayoría no serán socios inversionistas, entonces deberán dejar claro cuáles serán sus funciones de cada uno de ellos en el negocio, sugiere el estudio Miguel Mur & Abogados.
- Forma de Financiamiento: La forma en que la startup va a obtener dinero es fundamental, ¿será por préstamo? ¿Será por emisión de acciones? El procedimiento de cómo obtendrán financiamiento debe de estar regulado.
- Salida de la Sociedad: En caso los conflictos sean inevitables y desencadenen la ingobernabilidad de la sociedad, para evitar su paralización es ideal que se tenga un procedimiento de recompra de acciones y asegurar la salida ordenada de uno de los socios.
- No Competencia: Puede darse el escenario que uno de los socios aporta un método de su autoría a la sociedad y que el otro socio, quien posee el capital, obtenga la información aportada. Por tanto, una vez la consiga se podría desligar del anterior socio y fundar una sociedad independiente que competirá directamente contra su antiguo socio. Dicho escenario es posible, en consecuencia, con base en la naturaleza de los socios, debe de establecerse si será permitida la competencia entre ellos en caso uno se desligue de la startup original.
Escenarios para tener en cuenta
En el caso de que ninguno de los anteriores puntos se establezca con claridad, estaría abierta la posibilidad de que uno de los socios fundadores se alíe con un inversionista recién llegado, disuelvan la participación del otro fundador y lo dejan fuera del negocio.
También es posible que uno de los fundadores se retire con su capital antes del término del primer proyecto, desencadenando un conflicto con el cliente y entre los socios que puede escalar a los tribunales.
Otro escenario que puede generar un conflicto interno, que llevaría, a su vez, a no cumplir con el cliente y generar una potencial pérdida para el negocio, es que no se haya definido cuál de los socios se encargará de mantener la comunicación con el cliente y /o quién se encargará de solicitarle documentos.
“Por tanto, es vital para los fundadores tener reglas muy claras, con la finalidad de evitar inconvenientes en el futuro. Si se dejan aspectos clave en la nebulosa, desencadenarían conflictos que pueden llevar a la paralización de la sociedad o a un litigio en tribunales judiciales o arbitrales”, subraya el especialista del estudio Miguel Mur & Abogados.