“Cuantos más colores tenga mi plato de comida es mucho mejor”, refiere Cecilia Eyzaguirre, nutricionista del hospital Honorio Delgado Espinoza sobre la importancia de la alimentación saludable para desarrollar las actividades diarias.
¿Cuál es la relación de los colores con la buena alimentación? La diversidad de colores en el plato no solo resulta llamativo para estimular el apetito, lo más importante es que tienen nutrientes y vitaminas esenciales para el organismo y dependiendo de qué alimento sea y el color que tenga puede ayudar desde tener una mejor piel hasta fortalecer el sistema inmunológico de las personas.
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Los arándanos, higos, berenjena y ciruelas de color violeta son muy ricos en antioxidantes que ayudan a combatir el envejecimiento y conservar la memoria. Alimentos blancos como el nabo, ajo, coliflor, champiñón, chirimoya, melón, pera entre otros favorecen a la reducción del colesterol y la presión arterial.
Los verdes como la espinaca, alcachofa, palta, brócoli entre otros muy variados son ricos en potasio, vitamina C y K y ácido fólico que favorecen a la buena visión, mejora la circulación sanguínea y reduce las probabilidades de enfermedades cardiovasculares.
El mango, la naranja, limón, calabaza, zanahorias y todos aquellos que sean de color naranja y amarillo son esencialmente ricos en beta-carotenos, vitamina C, potasio, magnesio y ácido fólico que además de ayudar a reforzar la buena visión y mantener la piel sana, mejora el sistema inmunológico para prevenir enfermedades especialmente las respiratorias.
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Proporciones balanceadas
Si bien las frutas y las verduras son esenciales para la nutrición del organismo no hay que olvidar que también se requiere de las cantidades necesarias y adecuadas de proteínas, carbohidratos y grasas saludables que deben estar presente diariamente en los platos. Cecilia Eyzaguirre refiere que hay que romper con los hábitos alimenticios adquiridos por años donde se da preferencia a la cantidad que a la calidad. Sostiene que la composición del plato debe ser equilibrada.
Un plato de comida saludable debe estar compuesto por un cuarto de alimentos constructores como la carnes que favorecen el crecimiento, un cuarto de energéticos como el arroz, camote, yuca fideos, menestras y cereales y la mitad restante debe esta compuesto por ensaladas ya sean de verduras frescas o cocidas.
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“Es importante la sensación de llenura y la satisfacción cuando se come pero lo es más las proporciones, hay que darle mayor protagonismo a las verduras. Debemos saber que somos lo que comemos”, dijo la especialista tras señalar que no todos podemos comer lo mismo pues ello también depende de la actividad que realicemos.
Por su parte, David Toledo, nutricionista del nosocomio regional, también refuerza la necesidad de eliminar ciertas costumbre que tenemos luego de que se sirve un plato y es aumentar sal a la comida, al menos el 20% de la población en el Perú tiene ese mal hábito sin reparar en el daño que esto puede ocasionar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el organismo necesita 5 gramos de sal al día como máximo y esto equivale a una cucharilla de té, el exceso puede generar el aumento de la presión aumentar que desencadene la hipertensión además de afectar órganos como el riñón.