El trabajo fortalece el espíritu, pero sobre todo ayuda a mejorar las condiciones de vida de las familias; sin embargo, existe un grupo de personas que, por diferentes motivos no trabajan y peor aún, no estudian ninguna profesional en la región de Ayacucho.
Según el Panorama Laboral elaborado por el Ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo, en Ayacucho durante el 2019 y 2020 existían un total 39 mil 200 jóvenes que no ejercían ningún tipo de trabajo, ni se encontraban en institutos superiores ni universidades.
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Cifras del acceso a puestos laborales
De este grupo, 6 mil 100 jóvenes quedaron desempleados, justo antes de la pandemia y cuya cifra al igual que aquellos que no laboran, se habrían incrementado, justamente por la emergencia sanitaria.
En el otro lado de la moneda, se tiene que, en Ayacucho, 374 mil 657 personas están ocupadas en alguna actividad económica, es decir trabajan para alimentarse, solventar sus estudios, entre otras necesidades.
Asimismo, los trabajadores independientes conformaron el 44,6% de la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada, seguido por los asalariados privados con el 23,2% y los trabajadores familiares no remunerados con el 18,7%.
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Otra de las cifras muestra que, el 51,7% de la PEA ocupada se dedicó a la rama extractiva, seguido del 26,6% en la rama servicios y el 12,8% a la rama comercio. También, el estudio muestra que menos de la mitad de las personas que ofertan su trabajo se encontraron laborando en un empleo adecuado en términos de horas y de ingresos.
Desde el 2007, la tasa de subempleo registró una disminución. En el 2019 por ejemplo, este indicador alcanzó al 59,9% de la PEA. Asimismo, existe una brecha en remuneración de las mujeres.