Como todos los años, se realizó la celebración de la fiesta del Niño Occe en la plaza Bologesi, sin embargo, este año hubo una intervención policial.

A las 10:00 horas comenzó la tradicional misa en la Iglesia Bolognesi, a la cual asistieron muchos devotos y fieles.

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Al terminar la ceremonia eucarística, los fieles se retiraron a la Plaza Bolognesi, donde, los tres reyes magos realizaron la tradicional Adoración al Niño Occe.

Para ello, las andas del Niño Occe salieron a la puerta del templo, en el arco que año a año se arma, para que pueda realizar de manera breve la Adoración al Niño Occe, donde les esperaban los Tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar.

Cabe detallar que por la situación biosanitaria en la que vive la población del Perú, este año no realizaron el Auto Sacramental, el mismo que consiste en una escenificación en la Plaza de Armas de la llegada de los Reyes Magos al templo de Herodes, quien les pide que le digan dónde está el niño que él quiere ir a adorarlo.

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“Las sagradas escrituras muestran al Mesías esperado, como salvador y redentor del universo, de la esclavitud del pecado y la servidumbre de Satanás. Eres el Señor del Cielo y de la Tierra, guiados por esa estrella misteriosa que nos ha conducido a estas lejanas tierras, hemos llegado hasta aquí jadeantes y rendidos de felicidad, para poder adorarte y ofrendarte oro, incienso y mirra y productos de nuestras tierras, la India, Asia y Persia”, afirmó el Rey Melchor durante esta celebración.

Así como él, también los otros reyes realizaron su parte de la escenificación.

“Tú eres el creador, un hombre glorioso que flamará eternamente en mi pecho, en mis hijos y de los hijos de mis hijos. Alabad al señor, oh pueblo de Israel, bendito el nombre del Señor, ensalzado de este día tan g

lorioso hasta el fin de los siglos”, rezó el Rey Baltazar.

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Tras las palabras y entrega de ofrenda de los reyes, los pastorcitos o Tana Tana realizaron su tradicional baile, recién durante el baile solo dos de los populares quichca machos llegaron para poner la cuota graciosa de la fiesta.

Todo transcurría con normalidad hasta que patrulleros de la Policía Nacional, con decenas de efectivos, llegaron para disuadir a todos los presentes, en la medida que estas reuniones se encuentran prohibidas debido a la situación sanitaria.

Es así que en menos de 20 minutos la celebración, considerada por el Ministerio de Cultura como “Patrimonio Cultural de la Nación” se acabó y los fieles tuvieron que retirarse a otros lugares.

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