Las múltiples lesiones que le causó la jauría de perros, generó una infección generalizada en el pequeño Brayan (5), que terminó falleciendo la noche del último domingo. Sus restos ahora son velados en su humilde vivienda, ubicada en el barrio Progreso - Alto Perú, en el distrito de Saño, Huancayo, lugar donde sus familiares cuentan que él quería ser transportista.
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Gran dolor causó la muerte del último de 6 hermanos, que era conocido por su nobleza y sus claras aspiraciones cuando crezca, pues les decía a sus familiares que quería ser conductor de carros cuando sea adulto. “Es mi hijo querido, siempre me decía que le comprara su carrito porque quería ser transportista”, contó su padre Abel Tacuri.
Los restos del pequeño son velados en una modesta casa, donde llegaron a vivir hace tan solo 15 días. Su madre, Hilda Espíritu, contó que fueron desalojados de otro predio en San Jerónimo de Tunán por su baja economía y llegaron hasta las faldas del cerro en Saño, donde no cuentan con los servicio básicos, eso los obligó a acudir al río para lavar su ropa.
“Para darme cuenta los perros estaban encima de mi hijo, él (Brayan) ya no se movía, estaba como muerto con toda la cabeza sin cabello. Quiero que desaparezcan esos perros asesinos”, contó la acongojada madre.
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En el hospital El Carmen, donde fueron trasladados Brayan y su hermana M.C.A.E. (14), informaron que el pequeño presentó heridas con desgarro en las extremidades, pérdida de cuero cabelludo, trauma en la cabeza y el cuerpo.
“Una sepsis generalizada se dio en el niño y un paro cardiorespiratorio acabó con su vida, a pesar de los esfuerzos de los médicos. La niña tiene comprometida la oreja derecha, el cirujano plástico todavía evalúa una posible amputación”, manifestó el director del hospital El Carmen, Luis Orihuela.