Felipe Mendoza Wali, es el último edecán que tuvo la municipalidad de El Tambo, este añejo servidor municipal que día a día vestía uniforme de gala para acompañar, resguardar y asistir al alcalde de turno de este distrito. Guarda en su ropero con mucha añoranza su polaca azul marino, su cordón, quepí y correaje y en su memoria un sin número de anécdotas y vivencias en esta olvidada labor .
Cuenta que ingresó a laborar a la municipalidad tambina el año 1982, luego de pasar por varias áreas como limpieza, obras, ingresó a la policía municipal y desde esa área se turnaba con sus 15 compañeros para resguardar al alcalde y, luego de unos años, en el año 1987, cuando se lanzó un concurso para ser edecán de manera exclusiva, postuló y ganó el puesto.
MIRA ESTO: Comerciantes de flores pierden la esperanza de recuperar capital en Día de los Muertos
Asegura que lo que le hizo ganar este puesto fue el conocer de protocolo, ser licenciado del Ejército, ser puntual y otros atributos que fueron calificados, incluso contaba con licencia para portar armas.
Durante sus 39 años de servicio municipal, Felipe Mendoza, trabajó con once alcaldes entre los últimos se hallan: Juan Alberto Durán Basurto, Héctor Melgar Lazo (Barbacha), Sergio Isaac Cárdenas Alarcón, Ángel Unchupaico Canchumani, con quien trabajó 8 años hasta el 2010, quien además fue el último burgomaestre en usar sus servicios como edecán, pues desde la gestión de Aldrin Zarate, hacia adelante ya no se hizo uso de los servicios de un edecán en esta municipalidad, que fue la única en todo el Valle del Mantaro en tener un servidor con funciones de esta naturaleza.
Felipe Mendoza Wali, señala que dentro de su labor diaria prestaba servicios de seguridad, pues protegía a la autoridad de algunos furiosos vecinos, quienes alguna vez apedreaban a los alcaldes o lo insultaban y de cuando en cuando de algún borrachito faltoso.
MIRA ESTO TAMBIÉN: Parejas que postergaron su boda por coronavirus ya podrán casarse en el distrito de Chilca
Cuando se trataba de ceremonias protocolares iba siempre de gala atento a las acciones de su jefe, el día que tocaba trabajar en despacho se paraba en la puerta de la alcaldía y ordenaba a los vecinos para que puedan entrar a dialogar con la autoridad de forma ordenada o le asistía en lo que necesitara.
Hoy, aquejado por múltiples enfermedades como la diabetes y problemas al corazón se halla de licencia, esperando ser operado el próximo mes. Este singular trabajador municipal, a pesar de los años de servicio, aún no se ha jubilado y viene recibiendo el apoyo del alcalde Carlo Curisinche.