Si usted o algún familiar sufre un accidente el día de hoy, no existe ninguna garantía de que vayan a recibir atención médica inmediata, pues, las ambulancias del Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) continúan inoperativas. Si tiene suerte, habrá una funcionando, pero nada le garantiza que llegue a tiempo.
Esta grave deficiencia, a puertas de cerrar el 2025, fue advertida una vez más por la Contraloría General de la República.
El Informe de Acción de Oficio Posterior N° 053-2025-2-2814-AOP es claro al señalar que las tres ambulancias con las que cuenta el SAMU se encuentran en estado inoperativo, presentando deficiencias que afectan su disponibilidad y capacidad de respuesta.
La ambulancia Fiat Ducato (EUD-176) está inoperativa por la ruptura de la faja de sincronización, lo cual terminó afectando el motor y el sistema eléctrico. La unidad Nissan Urvan (QO-2385) fue prestada hasta noviembre por el Hospital Carrión y presenta fugas de aceite.
Finalmente, la Toyota Hilux (EUD-187), pese a tener el sistema eléctrico y la sirena malogrados, es la única que funciona; eso sí, de manera intermitente.

PASÓ FACTURA. No es una exageración afirmar que no hay garantías de recibir atención médica. El pasado 28 de noviembre, John Guerra Cóndor falleció aplastado por cinco toneladas de vidrios en pleno centro de Huancayo.
Ese día, el SAMU recibió múltiples llamadas de auxilio al 106. Según la Contraloría, la respuesta que dieron los operadores fue: “Las ambulancias están inoperativas; comunicarse con Serenazgo o los bomberos”.
No es que los paramédicos no hayan querido atender la emergencia; simplemente hacían caso a una orden de inamovilidad vigente desde el 24 de noviembre, precisamente debido al pésimo estado de las ambulancias.
Aun así, ante la insistencia de las llamadas, el personal decidió acudir al accidente: llegaron una hora y 23 minutos tarde, cuando la víctima ya había fallecido.

SERVICIO INTERMITENTE. La Contraloría señala que las ambulancias están inoperativas, mientras que el Ejecutivo ha respondido al Consejo Regional que “no están paralizadas, están en mantenimiento”; así lo explica la consejera regional Kely Flores.
“No están brindando el servicio de manera oportuna. Lo último que nos informaron es que solo una ambulancia estaba operativa y, aun así, existen lapsos donde no funciona el servicio”, alertó Flores.
La consejera explicó que, debido a la antigüedad de las unidades, no es adecuado seguir con el mantenimiento y reparación constante; lo ideal es la compra de nuevos vehículos. Sin embargo, el problema es que la gestión de Zósimo Cárdenas cumplirá tres años sin dar solución al tema.
“Se necesitan nuevas ambulancias. Estarían siendo adquiridas a través de obras por impuestos, pero todavía sería a mediados del 2026. Mientras tanto, le hemos pedido al titular de la Diresa que se evalúe el intercambio de ambulancias con algunas unidades ejecutoras con menor demanda”, señaló.
Flores alertó también que, desde el 2023 —año en el que inició la gestión regional—, no se han realizado mayores inversiones en el sector salud, lo que terminó debilitando el primer nivel de atención y servicios esenciales como el SAMU, que hoy pide a los ciudadanos llamar a otras instituciones cuando necesitan auxilio.
“El bolso presupuestal se ha centrado en pistas y veredas pequeñas, el Bicentenario —que no tuvo mayor rentabilidad social— y la ‘revolución agraria’. Al sector salud y al SAMU lo han dejado desnudo y sin armas”, finalizó la consejera.
Las alertas no son nuevas, solo este año existieron dos informes de la Contraloría que advirtieron las deficiencias y el Consejo Regional lo hizo en múltiples ocasiones. El 2026, la gestión de Zósimo Cárdenas tendrá una última oportunidad de resolver los problemas del SAMU.





