Oro sangriento. La mañana del 7 de junio la incursión armada en la zona minera de , provincia de , se bañó de sangre. Se registró hasta 25 personas heridas, entre ellos miembros de la policía. Ocurrió un fuego cruzado.

Enfrentamiento en la zona

Los mineros desalojados han logrado identificar que detrás de la invasión armada estaba el sujeto conocido con el alias de “Cholo” Montoya. Es así que la Policía Nacional del Perú junto con el Ministerio Público están tras los pasos de este sanguinario sujeto, que no le tembló la mano para disparar a los policías.

A través de un twuit, la Policía confirmó que buscan el paradero de este sujeto que, según los agraviados, tiene la costumbre de invadir concesiones mineras con la fuerza. Fuentes de Correo han señalado que están a poco de dar con la identidad de este sujeto.

Según documentos policiales, el 2 de junio, Teodulo Medina Gutiérrez de Theo HMM EIRL y Luis Vásquez Vásquez de Inversiones LW VV EIRL solicitaron el apoyo policial para recuperar la posesión minera. Un día antes en la mañana, fueron invadidos por sujetos de mal vivir. Eran un aproximado de 35 que estaban armados. Desalojaron a los trabajadores y se apropiaron de las maquinarias de las dos empresas.

El 3 de junio, el Frente Policial emite el dictamen Nº 218-2022 y opina a favor de brindar apoyo a los dos mineros para desalojar a las huestes de “Cholo” Montoya.

Recién el 7 de junio por la mañana, la comisaría de Palpa envía un pequeño contingente policial de esta provincia y Nasca para desalojar los invasores. En el lugar se vieron superados y se registró el enfrentamiento. Hubo fuego cruzado que dejó herido a un policía. Trascendió que murió un sujeto del “Cholo” Montoya.

Tras el baño de sangre, recién solicitan el envío de refuerzos a Ica. Acuden en un microbús cerca de 50 efectivos solamente con escudos, pese a que conocían que habían sujetos con armas de largo y corto alcance. Para ello, la policía de inteligencia había descubierto en una choza explosivos que serían de propiedad de “Cholo” Montoya. Los efectivos no incautaron la carga explosiva con el argumento de que debían realizar UDEX y el Ministerio Público.

Descendieron hasta Palpa para llevar al fiscal y personal de UDEX para cumplir dicha tarea y dejan en el lugar a solo cuatro policías. Cuando retornaron los explosivos habían desaparecido. La Policía debe investigar el caso.