Ha pasado un año y hoy reconocemos que estábamos errados. Creímos que el enemigo, invisible ante nuestros ojos (coronavirus SARS-CoV-2), se hallaba demasiado lejos para poder alcanzarnos, pero lo hizo. El virus no tuvo piedad, nos cogió entre sus garras y nos zarandeó para luego lanzarnos contra el duro y frío piso.
Ha pasado un año y aún seguimos blandiendo nuestras armas, levantando a nuestros muertos, curando heridos y resguardando a los recuperados, porque la mayoría regresará al campo de batalla.
Ha pasado un año y las huellas de la guerra siguen vivas; no hay tregua. La primera línea cae, hace flecos, se repone y sigue al frente. Hay entrega, valor y mucho sacrificio.
VER MÁS: COVID-19: Marzo cerraría con 5,332 muertes en la región La Libertad
Sin aire
Ha pasado un año y todo se hace cuesta arriba. Nos falta el oxígeno, nuestra armadura es vulnerable. Es difícil combatir; nuestras armas no son suficientes, pero hay esperanzas de salir airosos de esta guerra infame y desigual.
Ha pasado un año y los elevamos a categoría de héroes a aquellos médicos, enfermeros, policías, bomberos, y servidores ediles que lucharon y ofrendaron su vida por tratar de salvaguardar la nuestra.
Héroe
Ha pasado un año y aún resulta complicado de aceptar que César Florez Corbera, exsubgerente de Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), haya fallecido tras contraer el mal. Su don de servicio, su entrega y su valentía no será olvidada.
Ha pasado un año y el virus también nos ha arrancado a nuestros artistas que desde su trinchera luchaban para que sus obras nos den ese sosiego y paz que necesitan las almas golpeadas por tanto sufrimiento y dolor. El reconocido pintor trujillano Demetrio Saldaña Hipólito vivirá por siempre a través de sus creaciones.
Ha pasado un año y el virus ha puesto en evidencia que la corrupción es tan fuerte y dañina como él. Daniel Marcelo, exalcalde de Trujillo, optó por fugar de la justicia y dejar a su pueblo desorientado, a la deriva y más golpeado que nunca.
Ha pasado un año y nuestras autoridades políticas siguen sin ponerse de acuerdo para hacer un solo puño y enfrentar al virus desde distintos flancos, pero de forma coordinada y con estrategia. Aún prima el interés político, el partidario, el personal.
Ha pasado un año y nos damos cuenta que la delincuencia ha aprovechado la crisis de la pandemia para golpear a una sociedad magullada en su economía y que con sumo esfuerzo trata de salir del pozo de la quiebra financiera. Estos maleantes son inhumanos: aterrorizan, asaltan, matan y se mueven bajo la sombra de la impunidad.
PUEDE LEER: COVID-19: Fallece jefe de la policía municipal de La Esperanza
Para el olvido
Ha pasado un año y tratamos de olvidar que cuando más ayuda necesitábamos, nuestra principal autoridad política en el Gobierno Regional de La Libertad, Manuel Llempén Coronel, lanzaba la hoy famosa frase que quedará para la posteridad: “Todo está controlado”. Esto, mientras tomaba la Ivermectina en una falsa idea de que ese nos haría menos vulnerables ante el monstruo llamado coronavirus.
Este es un pasaje oscuro de la historia imposible de borrar. Es una página que no podrá arrancarse y que será leída por las futuras generaciones.
Ha pasado un año y hay decepción en parte de la humanidad, pero más fuerte es la fe en el cambio.
Y es que hoy, lejos de sumarse al ejército que enfrenta al virus, se pliegan a él, no se protegen, no respetan protocolos de bioseguridad y traicionan a su propia sangre. Llevan a la muerte a su hogar y sirven en una bandeja de plata al más vulnerable de sus seres amados. Eso no debe darse nunca más.