El aleccionador legado de “Los Anzumitos. Cuentos de La Libertad”

Debo decir con suma honestidad que la lectura me abre cada vez mayores horizontes y, sobre todo, uno extraordinariamente expectante: ¡el de la literatura infantil y juvenil en nuestra región!

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En este expectante panorama, valiosas son las contribuciones de Jorge Díaz Herrera, Danilo Sánchez, Ángel Gavidia, Dina Sánchez Baca, Gerson Ramírez, Antonio Escobar, Santiago Azágar, Julia Yepjén, Wálter Díaz Ramos, Cecilia Lázaro, Josué Vallejos, Jorge Tume, Miguel Arbildo, Mildred Luján, Carlos Vega Ocaña y de tantos otros(as) destacados(as) escritores(as).

Una muestra de esta valiosa producción literaria es el libro “Los anzumitos. Cuentos de La Libertad”, publicado por Editorial Infolectura. Aquí se reúnen ocho historias cargadas de imaginación, sensibilidad y enseñanzas; están escritas en un lenguaje sencillo pero simbólico, al mismo tiempo.

Diré que este es un libro hecho con amor. El amor a la naturaleza, a la historia, a la vida, al lenguaje, a la lectura y a la literatura se expresa en cada relato. Pero no solo es la trama de cada historia; el libro en sí (la diagramación, los colores, las ilustraciones, etc.) nos envuelve en esa magia.

“Un picahéroe”, de Julia Yepjen, es una aleccionadora historia sobre el valor de la cooperación, el liderazgo y la gratitud. Una frágil abejita obrera, cansada de tanta agresión, decide enfrentar al abejaruco (un ave rapaz, enemiga de las abejas). Para ello, debe “hablar fuerte y claro” con la abeja reina para plantearle la necesidad de hacer frente a la agresión. La abeja reina, luego de reflexionar, decide liderar la lucha en defensa de la vida. En ese contexto, la ayuda de un agradecido colibrí es decisiva (“Yo estoy agradecido con ustedes. Sin su valioso trabajo yo no tendría alimento -respondió conmovido el picaflor.”). Indiscutiblemente, ¡una invaluable lección!

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“El hombre de la máscara”, de Miguel Ángel Arbildo”, es un cuento lleno de magia, fantasía, sorpresas, ternura y bondad. Nos hace recordar las historias de los antiguos “ogros buenos” y de las gratificaciones que reciben los niños honrados y de buen corazón. Narrado con un lenguaje sencillo, este cuento breve simboliza el valor de la honradez y la amistad.

“Una aventura con Batman”, de Dina Amada Sánchez, nos regresa a la etapa de nuestra niñez y, desde el sueño, nos comparte la vitalidad de los juegos infantiles, la trascendencia del amor, el sentido de la justicia y la enorme valía de la educación. En un país donde millones de niños viven en deplorables condiciones de pobreza, el despertar en medio de sonrisas compartidas constituye uno de los mejores alicientes.

“Vicky, la vicuña”, de César Olivares Acate, es una historia de amor y ternura, con cierta chispa de hilaridad. La curiosidad y la libertad nos pueden llevar por caminos peligrosos, pero también nos dan la oportunidad de comprender lo que está más allá de nuestro simple alcance, parece decirnos el autor.

“Unos raros caramelos”, de Berlín Hilario, es una historia anecdótica que nos saca una espontánea sonrisa. Por lo general, la inocencia de la niñez nos hace “malas pasadas”. ¡Quién podría imaginar que un caramelo no sea dulce! Caramelos hay de todos los colores y de los más diversos sabores, ¡pero caramelos con hueso y con cierto sabor amargo?

“Misho”, de Jhony Ruiz Ballena, exalta el amor a las mascotas y nos narra todas las implicancias emocionales que trae consigo tenerlas en casa. ¿Qué niño (o adulto) no ha sufrido con la “desaparición” de su gato? Pues aquí tienen ustedes un curioso y sorpresivo desenlace de este gatito que pidió vivir en libertad desde siempre.

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“Entre colores”, de Jorge Tume, es un cuento mágico y mítico. Nos acerca, de modo envolvente, a la historia de nuestros pueblos. Nos sorprende con cada pasaje y, especialmente, con su desenlace. ¿Saben ustedes cómo surgieron las flores, las abejas y el picaflor? Lean este cuento y lo descubrirán.

“Salpinito en las ruinas del gran shamán”, de Elmer López, es la sorprendente historia de un patorcito. El encuentro mágico con su abuelo ya fallecido le abre las puertas de la historia y, especialmente, del conocimiento. ¡Quién no gustaría vivir una experiencia de/en otra dimensión?

Como ya lo he dicho, no solo son estas aleccionadoras historias las que nos convocan y envuelven. También son las coloridas ilustraciones, muy bien diseñadas, las que recogen los acontecimientos más importantes e hilan una historia visual que acompaña nuestra placentera lectura.

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Parafraseando la sumilla que figura en la contraportada del libro, diré que en LOS ANZUMITOS los personajes danzan en la imaginación de sus lectores, en distintos escenarios, con la libertad y la incorporeidad del tiempo.

Estas historias creadas por destacados escritores e insignes escritoras de nuestra región constituyen un valioso aporte para la formación estética y humanística de nuestros niños y jóvenes. ¡Que los anzumitos nos compartan su legado y nos contagien de aquellas cualidades que tanta falta nos hacen a los humanos! ¡Bienvenida su lectura!