Arqueólogos y estudiantes de San Marcos hicieron importante hallazgo. Lugar tiene entre 500 a 600 años de antigüedad.
Arqueólogos y estudiantes de San Marcos hicieron importante hallazgo. Lugar tiene entre 500 a 600 años de antigüedad.

Un nuevo paisaje arqueológico con una antigüedad de 500 a 600 años, que demostraría la orientación agrícola de la cultura Chimú, ha sido descubierto en la Quebrada El Oso, en región, por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en el marco del Programa Arqueológico Chicama.

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Lo que se plantea con dicho descubrimiento en el valle Chicama, tanto por investigaciones previas como por la del equipo sanmarquino, es que el sitio estaba orientado sobre todo a la producción agrícola, lo que se infiere porque el canal de la cumbre que une las aguas del río Chicama y las diversas zonas del valle Moche pasan muy cerca del asentamiento.

“El sitio es de la época Chimú y comprende tres edificios muy parecidos, pero a una escala más reducida que la ciudadela Chan Chan, además de estar compuesto por unas 40 hectáreas de campos de cultivo que eran irrigados mediante una técnica ancestral por una serie de canales”, explica el arqueólogo Henry Tantaleán, quien dirige el equipo conformado por arqueólogos y estudiantes de arqueología de la Decana de América.

De esa manera, el establecimiento del asentamiento en la zona es la demostración de que los chimús estuvieron interesados en manejar el sector del valle e hicieron grandes obras constructivas para expandir sus fronteras agrícolas, algo que, incluso, lo viene haciendo en la actualidad.

“La importancia del hallazgo e interés por continuar con los trabajos en el sitio arqueológico es porque de alguna forma demuestra la larga tradición que tiene el valle Chicama, de destinar espacios de cultivo y producción agrícola a gran escala para la sostenibilidad del ser humano en esta área del norte peruano”, señala la arqueóloga Carito Tavera Medina.

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Entre otros miembros del Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos de la UNMSM, participan en la investigación Mauricio Gastello Morales, Aron Grados y Estefany Campos, quienes vienen ampliando el trabajo en las diversas unidades de la zona, tales como el ambiente principal en donde se encuentra el asiento desde donde el curaca Chimú administraba los recursos, como las tierras de cultivo, el agua y la fuerza laboral.

En el proceso de excavación, tras la remoción de las rocas grandes, los arqueólogos encontraron vestigios de lo que fue un gran muro de por lo menos dos metros de alto que rodeaba el lugar, con un piso bastante conservado y compactado, cubierto con arena por el proceso del viento.


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