Luego de que el Gobierno estableciera que el 9 de mayo, Día de la Madre, regirá en el país la inmovilización social obligatoria, se dispuso que los mercados y supermercados serán parte de las actividades que seguirán operando durante esa jornada.
Esta flexibilización de la cuarentena a nivel nacional traerá consigo al exposición de personas a contagios de COVID-19, manifestó el epidemiólogo Antonio Quispe durante una entrevista para el noticiero 90 Mediodía.
“No aprendemos. Metimos la pata en diciembre, ¿consecuencia? tercera semana de enero, elevada mortalidad. La curva de la segunda ola te da un cachito, un 2%, reapertura de toda la economía, repunte de la segunda ola. Dijimos que Semana Santa iba a ser un caldo de cultivo para la COVID-19, ¿Resultado? Disparo de moralidad tres semanas después”, indicó.
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“Volvemos a repetir el mismo error en el Día de la Madre, como si no tuvieran mamás esos políticos. O sea, dos neuronas de frente para tomar una decisión tan...usa el adjetivo más fuerte que se te ocurra, metiendo la pata una y otra vez”, agregó.
Consideró que el delivery sería una opción para evitar contagios, pero enfatizó su posición en contra de abrir supermercados, debido a las características propias de estos.
“Son espacios cerrados y concurridos, donde abundan los contactos cercanos, es exactamente lo que debemos evitar. Entonces, tú entras a un ambiente donde hay aglomeración de personas, donde el nivel de CO2 está por las nubes, tu riesgo de contagio es altísimo. Si realmente quieres infectarte, lo mejor que puedes hacer es ir a un pario de comida de un centro comercial”, señaló.
Esto a raíz de que en los patios de comida los consumidores no utilizan mascarillas y conversan, haciendo que el contagio por los aerosoles se vuelva más recurrente.