Pese a la suspensión de la procesión del Señor de los Milagros por las calles de Lima, por segundo año consecutivo debido a la pandemia, los fieles no dejan de desfilar por la iglesia de Las Nazarenas para rendir homenaje a la sagrada imagen.
Desde el pasado 10 de octubre, miles de devotos no han dejado de hacer una “procesión individual y familiar”, a través de una larga cola, para llegar hasta el patio de andas del santuario de Las Nazarenas y reencontrarse con la imagen del Cristo de Pachacamilla.
Sin embargo, octubre no solo es el mes de la fe morada sino también del periodo más esperado para disfrutar de un delicioso turrón de Doña Pepa y adquirir los recuerdos del Señor de los Milagros para llevarlo a casa y extender la fe a todos los integrantes de la familia, que en muchos casos dejaron en el interior del país o el extranjero