Este festividad que viven los Cataquense  es con profundad fe católica.
Este festividad que viven los Cataquense es con profundad fe católica.

Un distrito peruano donde se celebra la con gran fervor religioso, donde la población expresa su devoción cristiana católica, su herencia prehispánica y su afirmación de tallanidad: es Catacaos, símbolos arraigados de identidad y que le valieron para ser declarada “Patrimonio Cultural de la Nación”.

“Es una realidad hermosa y totalmente vivencial que perdura a través del tiempo como un tributo secular sentido del pueblo de Catacaos a la vida, pasión y muerte de nuestro Santo Cristo, esta fiesta se vive con total espiritualidad de raíces rurales que nosotros precisamos como el misticismo Tallanik” explica el escritor, poeta y artista, Lelis Rebolledo Herrera.

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HISTORIA

De estudios etnográficos consagrados a la historia de nuestra Semana Santa puedo subrayar que el carácter tradicional autóctono, popular, nativo y original de origen mestizo, hoy está que se pierde”, nos dice el poeta.

Trayendo a la memoria, los estudios hechos y a veces contados por sus progenitores y amigos, Lelis Rebolledo manifiesta que es en la Comunidad Campesina San Juan donde emergen y se fundan las “Cofradías Juradas” allá por el año 1540 y siete años después el gobernador Pedro de la Gasca da los primeros pasos para ritualizar la Semana Santa.

“Las Cofradías Juradas del Santísimo Sacramento y la del Santo Cristo son de raíz y esencia campesina tuvieron la celebración desde aquellos tiempos y la mantuvieron viva a través de los siglos y la convirtieron en tradición, la misma que no pueden ni deben ser alteradas, ni distorsionadas, porque llevan al deterioro de la misma”, sentencia.

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SE VA PERDIENDO

La Semana Santa con el tiempo han ido desapareciendo ritos y costumbres, “antes se guardaba un luto riguroso en todo el pueblo, reinaba un silencio de veneración, nadie barría su casa, ni se bañaba en el río. “A la hora de la “tinieblas” todo el pueblo tocaba sus puertas para expulsar el demonio, la procesión de Viernes Santo pasaba tradicional, solemne y majestuosa todos los años por la calle Comercio, que era la calle de mayor tradición religiosa”, enfatiza.

También recuerda que la procesión del Señor de Ramos, salía de la capilla del Carmen de Monte Sullón y recorría con la burrita por esta calle hasta la iglesia Matriz. “La Semana Santa es nuestra, una tradición que no puede ser adulterada por un capricho modernista, eso daña la tradición de Semana Santa, la misma que hemos luchado para que sea considerada “Patrimonio Cultural y Religioso de la Nación, rango que hay que cuidarlo, como también cuidar la tradición del pueblo”, finaliza.