El ejemplar, reportado por el fotógrafo Moisés Prieto, generó sorpresa científica, pero terminó mutilado por pobladores antes de la intervención de autoridades. (Composición de las fotos de Moisés Prieto)
El ejemplar, reportado por el fotógrafo Moisés Prieto, generó sorpresa científica, pero terminó mutilado por pobladores antes de la intervención de autoridades. (Composición de las fotos de Moisés Prieto)

La mañana del domingo 23 de noviembre, vecinos de playa Negritos, en Talara (Piura), encontraron a un tiburón megaboca (Megachasma pelagios) varado en la orilla. El hallazgo fue registrado por el fotógrafo Moisés Prieto Álvarez, quien destacó la singularidad del suceso.

Esta especie es una de las más inusuales del mundo. Desde su identificación en 1976, se han registrado menos de 300 avistamientos globales, según el portal especializado FishBase. Debido a que habita en aguas profundas y tiene patrones de comportamiento poco estudiados, cada avistamiento genera interés científico por la información que puede aportar.

Vecinos mutilaron al animal antes de la llegada de expertos

Minutos después del hallazgo, varias personas se acercaron al tiburón y comenzaron a cortarlo en filetes, sin esperar a especialistas ni considerar riesgos sanitarios.

Prieto lamentó lo ocurrido: “Más allá del hecho, esto muestra la falta de educación ambiental y la ausencia de protocolos frente a un hallazgo tan importante para la ciencia”, señaló tras difundir las imágenes en redes sociales.

No se registró presencia inmediata de autoridades locales ni de especialistas del Imarpe, institución que recuerda que en estos casos no se debe tocar, manipular ni consumir animales marinos varados, debido al riesgo sanitario y la pérdida de información científica.

El tiburón terminó depredado, impidiendo un análisis completo del ejemplar.

Por qué este hallazgo era tan relevante

La aparición de un megaboca en costas peruanas podría haber permitido estudiar aspectos como su desplazamiento, condiciones que provocan su varamiento y características biológicas. La mutilación del ejemplar impidió realizar estudios que aportan a bases de datos globales sobre una de las especies más raras del océano.