Nacieron en los distritos de La Unión y Castilla, pero por trabajo se fueron a vivir a Tumbes, que les abrió las puertas luego de haberse casado, pero su fe religiosa no la cambiaron por nada. Los esposos Agustín Pingo Bayona e Hilda Nima Chávez, llevan 35 años gozando de su fe hacia el Señor Cautivo de Ayabaca, a quien veneran en su casa.
“Esto lo hacemos por todos los milagros concedidos a nuestra familia, estamos eternamente agradecidos con mi “Moreno de oro”, como lo llamanos y saber que mis hijos y nietos siguen nuestras tradiciones”, manifestaron.
Doña Hilda nos cuenta que su padre Juan Nima Maza les dio la oportunidad de cambiar sus vidas en ese departamento.
“Fue una superación para Agustín y yo, pero mi fe se acrecentó cuando le pedí a mi Cautivo darme un hijo más, viajamos a Ayabaca y a los 3 meses de hacerlo quedé embarazada, fue como una bendición”, señala.
Desde aquel entonces, en agradecimiento prometieron celebrarle su fiesta en el mes de octubre en su casa en la Urb. Andrés Araujo, en Tumbes, para ello mandaron a confeccionar una imagen similar a la ayabaquina, hecha por un artesano de Sullana y este año la visten con su traje rojo, por el Bicentenario. Pero antes lo hacían con el morado y blanco.
Hasta su hogar llegan muchas personas y amistades desde Piura, Sullana, Talara e incluso de Ecuador. Sus hijos Isella, Alex y Siceli también son partícipes, pues gozan de salud gracias a la fe inquebrantable que le tienen al “Negrito lindo”, considerado como “una obra de ángeles”.
Pero no solamente ellos han sido beneficiados con el don de los milagros, sino muchos amigos, como doña Soraya Bravo de Ecuador, su mamá fue operada y el médico le dio pocas esperanzas, pero al pedido al Cristo, ella aún vive; a Juan Nima su esposa tuvo accidente y perdió la visión y le pidió tanto a Cautivo que volvió a ver.
Los esposos Pingo Nima nunca han peregrinado, “siempre en familia vamos 3 a 4 veces al año a su santuario en Ayabaca, para agradecerle por los múltiples milagros. Tenerlo en mi casa es una bendición, él nos cuida de todo mal y nuestros vecinos también se sienten protegidos”.
Según nos cuenta don Agustín, este año la celebración ha sido diferente por la pandemia, solo se dio en 2 días, con paraliturgias, serenata, bandas de músicos, almuerzo ofrecido por ellos y entrega de recuerdos, pero cumpliendo el protocolo sanitario.
“En años anteriores era toda una fiesta, ofrecíamos más de 800 platos de comida, 50 cajas de cerveza, dos toros y chicha de jora para todos los que llegaban a celebrar la fiesta, era todo acontecimiento, incluido castillos de 10 cuerpos”, rememora.
Mientras tanto, en el santuario de Ayabaca, hoy se celebrará la Eucaristía en honor al Señor Cautivo, en su día central, a las 10:00 am., a cargo de monseñor Cristobal Mejía, luego que ayer culminara el solemne novenario “Cristo Cautivo, consuelo y esperanza para las familias”.
Durante toda la fiesta del “negrito lindo”, su templo permaneció cerrado, ninguna actividad es presencial, todo se transmite virtual a través de Facebook y la radio y tampoco habrá procesión.
Esta imagen es considerada “obra de ángeles”, luego que 3 hombres vestidos de ponchos blancos pidieron esculpir una imagen para el pueblo en el año 1571. Luego de varios días y al no tener repuesta la población entró al lugar donde trabajaban y encontraron tallada la imagen que actualmente se venera.