Una nueva semilla genéticamente modificada en Piura, promete revolucionar el uso del agua en la agricultura, consumiendo solo 12 000 litros por hectárea, de los 15 000 litros que consumen las semillas tradicionales. Esto representa un ahorro de tres millones de litros al día.
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Esta innovación permite garantizar el riego eficiente de 200 hectáreas adicionales, promoviendo la sostenibilidad hídrica en la región. Su elaboración se logró luego de dieciséis años de investigación y, finalmente, saldrá al mercado después de completar la fase experimental, así lo anunció Ángel García Zavalú, director de Desarrollo Agrícola y Promoción de la Inversión Privada del Proyecto Especial Chira Piura (PECHP).
El cultivo de arroz es de los que más agua consume. Según la data del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), las variedades comerciales que se cosechan y consumen 15 000 metros cúbicos de agua por hectárea son tres: Tinajones, la más distribuida; Mallares y Unión 23. La Capoteña es la nueva semilla que consume 3000 metros cúbicos de agua menos que las comerciales.
Ángel García explicó que la Capoteña entraría en una fase experimental de aproximadamente tres meses en valles de Alto, Medio y Bajo Piura, así como en Chira y San Lorenzo. Luego de esta fase, decidirán si saldrá al mercado.
Toda esta investigación y desarrollo genético se hizo con el fin de erradicar el descontrol del manejo de agua por parte de los agricultores. El sistema de riego utilizado es el de inundación, la cantidad de agua que se utiliza para este sistema de riego, según indica el jefe de la INIA, Jorge Ganoza Roncal, varía entre los 15 000 y 18 000 metros cúbicos de agua. Todavía no existe un dato exacto sobre ello, ya que las cantidades cambian según el módulo de riego y ciertos aspectos que intervienen, como la textura y estructura del suelo, el clima y las estaciones con respecto a las campañas grandes y chicas.
El sistema de riego por inundación puede ser propenso a problemas como el nivel de salinidad del suelo. Si el agua acumulada contiene sales, puede afectar la calidad del suelo y la producción de cultivos. De igual forma, aunque el agua no contenga demasiadas sales, la descomposición incompleta de los residuos orgánicos y el lavado de nutrientes en profundidad lo vuelven más ácido. Un suelo inundado durante meses, reemplaza el aire por agua evitando toda posibilidad de provisión de oxígeno, afectando la actividad biológica de las plantas, e incluso al mismo suelo.
Frente a esto, INIA informó que trabaja con material genético a través de diferentes cruces de semillas naturales, con el fin de realizar trabajos de investigación que puedan brindar una solución al consumo excesivo de agua.
Lo que busca INIA es contar con un híbrido de arroz que posea mejores propiedades nutritivas, las fundamentales para la alimentación de las personas; además, explora la posibilidad de colaborar con Tailandia, un país que ha logrado variedades de semillas enriquecidas en hierro.
(Esta nota ha sido elaborada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura. Colaboraron: Hanna Bernal, en redacción; María Paula León y Andrea Otoya, en investigación y Alexander Trelles, en fotografía).