A ritmo de bombos y zampoñas vibraron las ciudades de Puno y Huancané, donde ayer se realizó el concurso regional de sikuris, certamen que es clasificatorio para que las agrupaciones participen en la festividad de la Virgen de la candelaria 2023.
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La Federación Regional de Folclore y Cultura de Puno, encargada de la organización del evento, dispuso que el concurso se realice en dos sedes por la cantidad de agrupaciones inscritas. Además, porque la mayoría de ellas son de la zona norte.
De acuerdo al reglamento, cada agrupación debió tener como mínimo 30 músicos, y máximo 50. En cuanto danzarines, no se permitió menos de 10 integrantes, ni más de 20.
Tras culminar su participación, las delegaciones realizaron pasacalles en ambas ciudades. Los espectadores los ovacionaron con aplausos por sus cadenciosas melodías y pasos de baile; además impresionaron con sus vistosos trajes que llevaban plumas de aves, cintillos, espejos y demás elementos.
Puno
En la ciudad del Puno el concurso se realizó en el coliseo del colegio Auxiliadora con la participación de 43 agrupaciones. Clasificaron 10 conjuntos en la categoría de un bombo, siete con varios bombos y cinco ayarachis.
En la categoría ayarachis se coronó como campeón el Centro Cultural Ayarachis Curayllo, de la provincia de Sandia. En la serie de un bombo ocupó el primer lugar la Asociación Cultural Zampoñistas Lacustre del barrio José Antonio Encinas de Puno. Y con varios bombos, la Asociación Cultural Sikuris 27 de Junio resultó el ganador.
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Huancané
En la ciudad Chiriwana, Huancané, participaron 41 agrupaciones de sikuris. El concurso se realizó en el estadio de esta localidad, donde se apreció mejor las coreografías de las agrupaciones. Ellos también realizaron su pasacalle por las principales arterias de este distrito.
A pesar que el concurso terminó cerca de las 4:00 de la tarde, pasada una hora los resultados no llegaban a la Federación Regional de Cultura para que se sistematicen los resultados globales.
Varios de los asistentes cuestionaron el rol cumplido con el jurado calificador, porque no estaban de acuerdo con los puntajes que habían dado a determinadas agrupaciones.
Una gresca se produjo en este recinto, donde algunos de los danzarines de un grupo de sikuris atacaron a personas de un medio digital que transmitía el evento.