Tras un operativo de madrugada por agentes del Departamento de Investigación Criminal (Depincri), en el night club Atlantis que funcionaba en el Parque Industrial manzana I lote 1 de la ciudad de Tacna, fue encontrada una menor de 17 años traída de Puno con engaños y que era obligada a trabajar como “dama de compañía”, es decir acompañando a bebedores y recibiendo propuestas sexuales.
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En el local nocturno se encontró a unas 70 personas (mujeres jóvenes que hacían de “damas de compañía”, clientes y encargados del negocio). Entre las féminas estaban tres ciudadanas venezolanas indocumentadas, quienes fueros puestas a disposición de Seguridad del Estado, mientras se detuvo a la administradora del local, Tania Zanga Oliva (25), y los vigilantes Dimas Paredes Valdivia (48), Junior Núñez Carbonel (35) y Fredy Pari Ccopa (29).
Menor captada en Puno
Según los interventores, la menor ubicada en “Atlantis” es Y.A.Q.P. (17), oriunda de Huancané (Puno), quién sería víctima del delito de trata de personas, ya que habría sido coaccionada para ejercer favores sexuales por una compensación económica, tras ser captada en Puno y trasladada a Tacna, además en el segundo piso del local le dieron una habitación.
Las tres extranjeras que ejercían de “damas de compañía” no contaban con el carné de permiso temporal de trabajo y dijeron llamarse Alexandra D.H. (21), Alfmary G.R. (24) y Kimberly G.H. (22).
Investigación policial
La administradora y tres vigilantes del negocio permanecían hasta anoche en la sede del Depincri para la investigación por el presunto delito de trata de personas, ya que policías señalan que habrían concertado con otras personas en proceso de identificación para captar a la menor y jóvenes extranjeras para la explotación y favorecimiento a la prostitución en el local.
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El operativo policial estuvo a cargo del capitán PNP Néstor Niño de Guzmán Valdivia, con la participación de efectivos de la secciones Trata de Personas, Búsqueda de Personas Desaparecidas del Depincri e Inteligencia de la Región Policial de Tacna, en el marco de la lucha contra la comisión del delito de trata de personas.
Los locales nocturnos o “chupódromos” del Parque Industrial han vuelto a operar tras la pandemia, pese a no contar con permiso municipal ni aval sanitario, incluso atendiendo durante el día a puerta cerrada. Ayer se constató que cada local tiene un vigilante, quién ante la llegada de un posible cliente pide a otro para que abra la puerta.