Una atmósfera de emoción y expectativa llenó el Costa 21 el pasado 30 de noviembre, antes de la llegada de Cazzu, quien traía su “Latinaje Tour” a Lima para dar inicio a una etapa distinta de su carrera. Lejos de un concierto tradicional, la propuesta artística se desarrolló en cuatro actos, cada uno diseñado para explorar diferentes estados musicales y emocionales del público.
Cuando finalmente apareció en el escenario, Cazzu irrumpió con una presencia arrolladora y un vestuario elegante que reflejaba la madurez de su nueva etapa musical. Su repertorio mezcló canciones icónicas con temas de su último álbum, mostrando una evolución artística que atrapó al público desde los primeros acordes.
Cada tema era recibido con entusiasmo desbordante. Gritos y aplausos se mezclaban en un coro colectivo que iluminaba el recinto con energía y emoción. La artista interactuaba con la audiencia, generando un vínculo cercano que hacía sentir a cada fan parte del espectáculo.

Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió durante la interpretación de “Inti”. Los asistentes sacaron unas figuras en forma de sol y los levantaron hacia el escenario como muestra de cariño, mientras Cazzu, visiblemente conmovida, comentó que era la primera vez que su hija la veía en vivo.
“Nunca me voy a olvidar que fue en Perú que mi bebé me pudo escuchar cantar esta canción”, manifestó la argentina.
Cazzu también rindió un homenaje al Perú, interpretando las canciones “Cariñito” y “Paso a Paso”, lo que provocó aplausos del público, mostrando su respeto y cariño por la cultura peruana y fortaleciendo aún más la conexión con los asistentes.

El concierto destacó por su propuesta artística integral. Cazzu desplegó cambios de vestuario sorprendentes, contó con bailarines que ejecutaron coreografías elaboradas y momentos de actuación que acompañaban algunos temas, convirtiendo el show a un espectáculo teatral. Cada detalle estaba pensado para mantener la atención del público y transformar cada canción en una experiencia visual y emocional completa.
Al cierre del show, mientras las últimas notas se desvanecían y las luces de Costa 21 se suavizaban, muchos asistentes permanecieron en sus lugares, como si no quisieran romper el hechizo de la noche.
Desde el escenario, Cazzu se despidió con una sonrisa cálida, agradeciendo de corazón la entrega y el cariño de la audiencia. Mientras el público abandonaba el recinto, se podía sentir que no solo habían escuchado canciones, sino que habían compartido un momento íntimo y único.

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