Uno de los productos más usados en la cocina es el ajo, sin embargo, cuando se compra en gran cantidad puede perder su sabor y frescura con el paso de los días. Es aquí donde los trucos caseros cumplen su función para garantizar que se conserven en perfecto estado durante varias semanas.
Una de las ventajas de este alimento es que posee muchos beneficios y propiedades como mejorar la circulación sanguínea, depurar toxinas, ayudar en afecciones pulmonares, reducir el colesterol, cuidar el aparato digestivo y ser el principal ingrediente de diversas recetas.
Lo mejor es comprar las cabezas de ajo frescas y cuando estén duras y con su propia piel, nunca elijas unos que tengan manchas negras porque eso significa que está mohoso. Aquí te dejamos algunos consejos para que no se malogren en tu cocina.
- Evita guardar los ajos en zonas húmedas, lo mejor es en un lugar oscuro y seco.
- Puedes ponerlos también en un pequeño tarro de cerámica o una bolsa de papel que esté bien cerrada.
- Otra opción es hacer ajos en conserva y que duren más. Puedes limpiar los dientes y cocerlos, una vez que estén blandos meterlos en un recipiente lleno de aceite de oliva.
¿Cómo congelar los ajos?
Para usar este método de conservación hay que pelar los ajos y envolverlos en papel de cocina. Ponerlos en un táper y guardarlos en el congelador.
También se puede conservar en forma de puré. En primer lugar debes separar los dientes de una cabeza de ajos y cortar los extremos para pelarlos con facilidad. Colocar los dientes en una batidora y añadir media taza de aceite de oliva y triturar hasta tener un puré homogéneo. Guardar dentro de una bolsa de plástico y sin aire.
Podrás ir usándolos conforme necesites, eso sí, si eliges este método debes saber que a los dos meses comenzarán a perder su aroma y propiedades.