El pan, uno de los alimentos más antiguos y populares en las mesas del mundo, ha sido objeto de muchos mitos y malentendidos a lo largo del tiempo. Hoy queremos aclarar algunas de las creencias erróneas sobre este alimento tan esencial.
El pan, uno de los alimentos más antiguos y populares en las mesas del mundo, ha sido objeto de muchos mitos y malentendidos a lo largo del tiempo. Hoy queremos aclarar algunas de las creencias erróneas sobre este alimento tan esencial.

¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: “Ya no como pan porque quiero bajar de peso”? Es importante entender que ningún alimento por sí solo es responsable del aumento de peso. El pan, en su justa medida, puede formar parte de una dieta equilibrada. El aumento o pérdida de peso depende de muchos factores, incluyendo el balance calórico y la calidad de los alimentos consumidos. Por tanto, el pan no debe ser considerado un enemigo, sino un aliado en nuestra nutrición diaria.

Según la nutricionista Alejandra Gaete, asesora de Puratos, otro mito frecuente es que “el pan no es nutritivo y eleva la glucosa”. La especialista menciona que esta creencia es incorrecta. Lo importante es optar por variedades de pan elaboradas con granos enteros y semillas, que son de mayor valor nutricional y ayudan a mantener niveles estables de glucosa en sangre. “Además, el pan aporta vitaminas del grupo B, esenciales para el aprovechamiento adecuado de otros nutrientes en nuestro cuerpo”, menciona.

Mitos más comunes sobre consumo del pan

Entre las creencias más populares sobre el consumo del pan, David Vega, chef panadero de Puratos, menciona las siguientes:

  1. “No como pan porque el gluten me inflama”. Para la mayoría de las personas, el gluten no representa ningún peligro. Solo aquellas personas con enfermedades asociadas, como la celiaquía o sensibilidad al gluten no celiaca, deben evitarlo. Para quienes necesitan alternativas, existen panes sin gluten como los de maíz o arroz, así como el pan de masa madre, que tiene una mejor digestibilidad del gluten. La clave está en leer detenidamente la lista de ingredientes y elegir conscientemente.
  2. “El pan no es saludable”. Por el contrario, el pan puede ser una opción saludable cuando se consume en porciones adecuadas según nuestras necesidades energéticas y nivel de actividad física. Un excelente consejo es acompañar el pan con proteínas magras, como pollo o huevo, y grasas saludables, como palta o aceite de oliva, para crear una comida completa y beneficiosa para el corazón.
  3. “El pan engorda”. El pan, consumido en cantidades adecuadas, puede integrarse perfectamente en una dieta balanceada. El control del peso está influenciado por diversos factores, como el equilibrio de calorías y la calidad general de la alimentación. Por ello, no debemos ver al pan como un obstáculo, sino como un aliado dentro de una alimentación saludable.

En conclusión, el pan sigue siendo un alimento nutritivo y versátil, siempre que se elija sabiamente y se consuma de manera equilibrada.

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