Luego de varios años deleitando al público de manera virtual, el nuevo espacio encanta a los visitantes
Luego de varios años deleitando al público de manera virtual, el nuevo espacio encanta a los visitantes

Cuando aún estás estudiando, abrir un emprendimiento no es fácil; y menos cuando tu plan es hacerlo para poder ayudar a costear tus estudios. Camila Iturry comenzó este dulce emprendimiento, así y en el camino, su plan de estudiar gastronomía cambió a enfocarse en lo que realmente le apasionaba: la pastelería.

Como muchos, la cocina de la casa de sus padres fue el espacio elegido, y su primera idea y por la que nace el nombre de “Petite Desserts” fue hacer postres en versiones pequeñas, y que vengan variados para poder probar un poco de todo. El concepto era interesante, pero en la práctica el costo y la logística eran complicados, así que hizo caso a sus clientes y comenzó a vender postres completos y en porciones.

Desde un inicio le fue bien, sus postres caseros encantaban, pero la pandemia la hizo famosa, y llevó su emprendimiento a un siguiente punto. Tomó la decisión de asociarse con su hermana, ella se encarga de la parte administrativa de la empresa, y se mudaron juntas, trasladando el taller con ellas. Gracias a las redes sociales y a los aplicativos de pedidos, Petit Desserts fue ganando adeptos. Y sin pensarlo mucho, comenzaron a ver locales. La idea en un principio fue conseguir un taller con salida a calle para que fuese un centro de despacho, pero la vida las puso delante de este rinconcito en plena Av Del Bosque que ha sido un éxito desde que abrió sus puertas.

“No fue sencillo tomar la decisión. Este espacio era más grande, y había que aprovecharlo, con más productos, una carta salada y obviamente con buen café, lo que significaba mayor responsabilidad para todos. Tenía mucho miedo y no sabía si iba a resultar”, nos cuenta Camila.

Abrieron sus puertas en diciembre, luego de remodelar todo el local, darle el toque que Camilia quería e instalar el taller. Se asesoraron con Bombilla Tostaduría para el café, prueben el frappe clásico, e incorporaron algunas opciones saladas a la carta, como sanguche de pollo, croissant de jamón y queso, un sanguche grillado caprese, el quiche del día y las empanadas de cuadril y pollo que han sido un éxito desde el día uno.

Los postres son obviamente las estrellas, se disfrutan en el local, y se pueden llevar en porción o moldes completos. Una deliciosa y contundente torta de chocolate, la suave crema volteada, el carrot cake con berries que nos encantó, un crujiente y doradito pie de manzana o un cremoso NY cheesecake, son algunas de las opciones que podrán encontrar. Todos postres caseros, hechos del día, con un buen balance de dulce y excelentes ingredientes. Hay postres especiales dependiendo de la ocasión, como las opciones de pascua que podrán encontrar en unos días. “Estamos felices por la acogida que ha tenido este espacio. Al principio teníamos miedo de dar este gran salto, pero ahora estamos felices con el resultado” nos cuenta Camila emocionada. No descarta abrir más locales en un futuro, pero primero quiere consolidar este espacio, agrandar el taller y seguir endulzando la vida de más peruanos con sus deliciosos postres. No tenemos ninguna duda que lo seguirá logrando con mucho éxito.

Local

Si gusta visitar Petite Desserts se encuentra en Jr Paseo del Bosque 549 - San Borja y puede escribir al @petitedesserts.pe