El intenso y eterno calor arrecia y los piuranos buscan saciar la sed, con algo sabroso y helado para mitigar el ardor del cuerpo causado por la temperatura.
Muchos consumen agua, gaseosa heladas y hasta hielo en raspadillas. Pero, ¿Quién no ha comido la sabrosa raspadilla de “Don Vale”?. Ese sabroso hielo triturado y rociado con sus jarabes dulces con sabor a cola, tamarindo y piña, y que son la delicia de muchos piuranos, hoy cumple 41 años endulzando el gusto.
Son muchas las personas que dan fe del productos que disfrutan en la “Esquina del sabor” (entre Jr. Huancavelica y Av. San Martín”, donde encontrarán al emprendedor José Salvador Rosillo, más conocido como “Vale”.
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CARISMÁTICO
Casi nadie de sus clientes lo llama por su nombre, sino por su apelativo y que él no se molesta. Y es que llegar a este lugar es toparse con una persona carismática, que genera amistad y empatía, siempre sonriente y a veces contando chistes o comentando las noticias más impactantes del día, un hombre muy trabajador.
“No era flojo para el estudio, más me gustaba trabajar, pero al fin de muchos años lo logré terminar. En la nocturna pude conocer a quien ahora es mi esposa Delia Castillo y que me ayuda en todo el negocio, desde la preparación de los jarabes y comida diariamente”, sostiene.
Pero el negocio es lo principal, “nos levantamos a las cuatro de la mañana, todos los días, no hay descanso. Junto a mi esposa, además de los jarabes preparamos papas rellenas, arroz chaufa, ceviche, sándwich, empanadas, que en un santiamén desaparecen, pues los piuranos ya conocen el horario de llegada de “Vale” para acudir presurosos a comprarle y de paso asentarlo con un refresco helado o una raspadilla al estilo “Vale” que lo puede encontrar entre 2 y 5 soles, ya dependiendo del cliente, “ah, pero el más caro, trae rica fruta”, nos dice.
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APELATIVO
Pero todos se preguntarán de donde viene el apelativo “Vale”. “En mis inicios allá por el año 1984, muchos niños venían a comprar y no tenían dinero, otros traían 10 o 20 veinte céntimos de aquel entonces, otros tenía lapiceros, calculadoras, yo solo respondía; vamos “todo vale”, rememora.
En las épocas de calor, el lugar se hace más concurrido y largas colas se forman. “Más parece el ingreso a un supermercado y es que el hielo más los jarabes a base de tamarindo, cola y piña, tiene un sabor tradicional y bien piurano que sólo lo pueden encontrar en este lugar céntrico de Piura”, manifiesta muy orgulloso.
Además tiene como brazo derecho a Joan Eduardo, su hijo que lo ayuda en todo, además de sus hijas Estefanía e Ingrid. Como anécdota nos cuenta que hace 4 años, una persona lo “mató”, al subir a la redes una noticia que había fallecido, cuando don “Vale” estaba “vivito y coleando” y hay raspadilla para rato.