Las autoridades de Alemania y de Polonia investigan en paralelo el alcance y el detonante de la catástrofe ecológica revelada por la muerte masiva de toneladas de peces en el río Oder, fronterizo entre ambos países.
Los primeros análisis realizados desde Brandeburgo, el “Land” del este alemán que envuelve Berlín, detectaron substancias tóxicas que podrían proceder de vertidos de mercurio, presumiblemente procedentes de una planta industrial polaca.
Estos análisis no son aun concluyentes, en lo que concierne al grado de toxicidad de las aguas y su hipotético peligro para el ecosistema, pero desde organizaciones medioambientales se ha calificado ya la situación de catástrofe ecológica.
Las autoridades de Brandeburgo responsabilizan de lo ocurrido a las de Polonia, ya que los primeros indicios de toxicidad se relevaron hace tres días en algunas zonas de la ribera polaca, pero no se comunicaron convenientemente a sus colegas alemanes.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, garantizó este sábado que se hará “todo lo posible” para minimizar los daños y paliar las pérdidas, así como para identificar a los responsables de lo que calificó de “desastre ecológico”.
Admitió, en una comparecencia ante los medios, que los servicios de seguridad tardaron den actuar ante la catástrofe. La policía, por su parte, ha ofrecido una recompensa para esclarecer las responsabilidades.
”El desastre medioambiental es un desafío para el Estado y todos los estamentos implicados. Pero debo destacar también que algunos de esos servicios tardaron en reaccionar. Por eso he pedido informes sobre el tema y actuaremos en consecuencia”, añadió Morawiecki.
Las primeras consecuencias ya han sido adoptadas, como el cese del responsable nacional de la Gestión de las Aguas y un inspector de protección ambiental, informó ayer, via twitter, el primer ministro.
Morawiecki afirmó haber recibido la primera información al respecto la noche del día 9 o la mañana del 10, lo que es “demasiado tarde”.
Brandeburgo activó ya ayer la alerta por la situación del río, tras haberse detectado en los últimos días una presencia masiva de peces muertos, lo que inicialmente se atribuyó a los efectos de la sequía, ya que el nivel del río está muy por debajo de lo habitual.
Esta situación hace especialmente visible la presencia de los peces muertos. A las primeras alarmas siguieron informaciones procedentes de Polonia, en que se hablaba de toneladas de peces muertos.
Fuente: EFE