La candidata a la Presidencia de Chile por el pacto Unidad por Chile, Jeannette Jara, ejerció este domingo su derecho al voto en Santiago de Chile, en la segunda vuelta presidencial 2025 que enfrentará a los electores a elegir al sucesor del presidente Gabriel Boric.
La jornada electoral se desarrolla bajo la obligatoriedad del voto para más de 15,6 millones de chilenos, que deben acudir a las urnas entre las 08:00 y las 18:00 hora local.
Balance de la contienda: izquierda vs. ultraderecha
La segunda vuelta enfrenta a Jeannette Jara, representante de una amplia coalición de centroizquierda y exministra del Gobierno de Boric, con José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano, y candidato considerado por sondeos como favorito para ganar la carrera a La Moneda.
En la primera vuelta, celebrada en noviembre, Jara obtuvo la mayor cantidad de votos con cerca del 26,7 %, seguida por Kast con aproximadamente 23,9 %, sin que ninguno lograra la mayoría necesaria para evitar el balotaje.
En ese contexto, las encuestas antes de la jornada electoral daban ventaja a Kast con más del 50 % de intención de voto, aunque la normativa chilena prohíbe divulgar sondeos en los 14 días previos a la votación.
Temas claves y escenarios electorales
La campaña para este balotaje estuvo marcada por debates en torno a seguridad ciudadana, migración y economía, temas que han dominado el discurso político en las últimas semanas. La candidata Jara se ha enfocado en propuestas sociales y en defender su legado como exministra del Trabajo, mientras que Kast centró su campaña en temas de orden público y migración.
Analistas destacan que estos comicios reflejan un país políticamente polarizado, con sectores que buscan un giro hacia políticas más conservadoras y otros que apuestan por profundizar reformas sociales.
Primer mandato en juego y Parlamento dividido
Sea quien sea el presidente electo en esta segunda vuelta, su mandato comenzará el 11 de marzo de 2026, y tendrá que lidiar con un Parlamento dividido, donde la derecha y ultraderecha están cerca de la mayoría, y el apoyo de fuerzas intermedias será clave para gobernabilidad.
Desde el retorno de la democracia en 1990, ningún presidente ha entregado la banda a un sucesor del mismo signo político, lo que hace de esta elección un momento histórico para Chile.





