Cientos de personas se manifestaron este viernes en la céntrica Plaza Italia de Santiago de Chile, en cuyos alrededores se registraron algunos episodios de violencia, como la quema de un furgón del cuerpo policial de Carabineros.
Muchos de los manifestantes enarbolaban consignas en contra de la Policía después de que la semana pasada un agente disparó y mató al malabarista Francisco Martínez, de 27 años, durante un control rutinario.
Este suceso desató una ola de críticas hacia Carabineros por parte de la oposición y de las organizaciones de derechos humanos, que reiteraron la “urgencia” de refundar el cuerpo policial e hicieron un llamado a hacer un uso de la fuerza “racional y proporcional”
La concentración de este viernes obligó a realizar cortes de tráfico en las avenidas y a que se cerrarán algunas estaciones de Metro cercanas.
Mientras un grupo amplio de personas ocupaba el núcleo de Plaza Italia de forma pacífica, en unas avenidas cercanas tenían lugar disturbios y enfrentamientos con la los agentes policiales.
El incidente más violento fue la detención e incendio del furgón policial, cuyos ocupantes tuvieron que salir para ponerse a resguardo de las llamas.
Chile vivió a finales de 2019 la crisis social más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con una treintena de muertos y miles de heridos, además de señalamientos por violaciones a los derechos humanos hacia las fuerzas de seguridad.
Durante varias semanas, las protestas desplazaron su foco hacia zonas aledañas al Palacio de La Moneda, sede de Gobierno, exigiendo la renuncia del presidente Sebastián Piñera y la liberación de los detenidos durante las multitudinarias concentraciones.
Sin embargo, ya son varias las ocasiones que las manifestaciones han regresado a la Plaza Italia, epicentro de la ola de protestas desde octubre de 2019.
El pasado 25 de octubre, Chile celebró un plebiscito histórico donde casi un 80 % de la población aprobó cambiar la Constitución vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La medida, acordada políticamente por los partidos en noviembre de 2019, tenía por fin descomprimir las movilizaciones callejeras, sin embargo, todos los viernes cientos de personas se reúnen en el centro para golpear cacerolas o gritar consignas contra el Gobierno, la desigualdad y por la liberación de los detenidos.
Fuente: EFE.