En condiciones presenciales normales, los alumnos aprenden muy poca matemática (y comunicaciones, ciencias, ciencias sociales) a juzgar por las ECE que el Minedu aplica y usa como su principal indicador de aprendizajes.

En el 2019, en 2do Grado de Primaria solo 17% son “satisfactorios”, en 4to Grado 34% y en 2do Secundaria 18%. En lectura son satisfactorios 38%, 35%, 15%. Y en Ciencias solo midieron 2do. Secundaria con 10%. En suma, más son los “insatisfactorios” que los “satisfactorios”.

Siendo así, no hay que ser adivino para deducir lo poco que aprendieron en el 2020 o aprenderán en el 2021 si se pretende desarrollar el mismo currículo de modo virtual y mucho menos por televisión. El resultado es predecible sin necesidad de esperar a una costosa evaluación que dirá lo que ya sabemos. Ya sabemos que no producirá una “nivelación” en el 1er semestre 2021 ni tampoco hasta fin de ese año.

¿No es hora de pensar y proponer otro concepto de currículo y gestión educativa adecuada a cada realidad de cada escuela y de su contexto específico, a partir de la línea de base específica de cada una de las áreas curriculares? ¿No es hora de innovar y a la vez dar más autonomía para que los colegios adapten el currículo a su realidad específica?

Creo que debemos ser más agresivos y audaces en plantear fórmulas de gestión y curriculares que apunten a lo más estructural y esencial, y dejar más espacio para que las instituciones educativas utilicen su inteligencia y saberes pedagógicos para hacer bien lo más que les sea posible, en vez de seguir intentando abarcar tanto para alcanzar tan poco.