El manejo de la pandemia en Perú durante el gobierno de Vizcarra y sus ministros fue nefasto para los alumnos. El prolongado encierro, las normas destructivas y la incapacidad ministerial de crear rutas vanguardistas de aprendizaje produjeron vacíos y retrocesos educativos, perturbaciones familiares y daños en la salud mental de niños y jóvenes.
Sin embargo, es posible identificar desarrollos novedosos precipitados por el encierro y el esfuerzo de supervivencia de alumnos, profesores y padres que podrían impulsar la educación peruana hacia adelante.
• La adopción rápida de tecnologías educativas utilizando plataformas digitales, radio y televisión.
• Autonomía para el autoaprendizaje y gestión del tiempo, fomentando un enfoque más centrado en el estudiante.
• Mayor participación de las familias para crear un entorno de apoyo más fuerte para los estudiantes.
• Simplificación y flexibilización del currículo que permita concentrarse en habilidades esenciales y personalizar el aprendizaje.
• Impulsar la educación temprana con inversiones sostenidas en esta área.• Enfocar la resiliencia y la tolerancia a la frustración de los alumnos como capacidades valiosas para su vida personal y profesional.
Conviene cultivar aquellas dimensiones que se decantan como altamente relevantes para procurar expandir los aprendizajes aprovechando las pistas que dejan las lecciones aprendidas durante la pandemia, y así reimaginar un sistema educativo más resiliente, inclusivo y adaptado a las demandas del siglo XXI.