Un probable escenario sin vacunas contra el coronavirus obliga a pensar desde ahora en cómo encarar el año escolar 2021 en el que la educación en línea se mantendrá como complemento de la presencial, lo que demanda desde ahora la capacitación de los maestros en tanto que el estado debe asegurar que cada profesor y alumno disponga de una computadora con acceso a internet.

Habrá menos alumnos por aula, lo que significa un aumento en el número de aulas y profesores, a la par que se deben incrementar significativamente las estaciones de lavado y saneamiento. El transporte de alumnos también tendrá que replantearse al limitarse la capacidad de pasajeros.

La duración del día escolar deberá modificarse con un horario escolar escalonado y alternado para diluir la concentración de alumnos en el transporte y en los horarios de ingreso y salida.

Las evaluaciones escolares y nacionales deberán migrar a formatos online y las normas que rigen la rendición de cuentas de los colegios a los padres y Minedu deberán ser simples y de fácil cumplimiento, llenados en línea, para que el trabajo administrativo no se convierta en un freno desgastante para los equipos docentes.

Se requerirá un creciente servicio de consejería escolar en apoyo de profesores, alumnos y padres para lidiar con la angustia y el estrés, junto con una adecuada alimentación subvencionada por el estado para la gran cantidad de familias que seguirán con apremios económicos.

Estos factores de cambio en la vida escolar desde ahora deberían estar en la agenda de las autoridades y de los promotores de los colegios privados.

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