¿Alguien puede imaginar que todo el esfuerzo de aprendizaje y puesta en marcha de los sistemas de delivery, teletrabajo y educación virtual se extinguirán en el momento que termine la emergencia sanitaria? (sumados al creciente uso de robots y automatizaciones para la manufactura en reemplazo de los recursos humanos)

Mi impresión es que so actividades que vinieron para quedarse y están marcando el inicio de una disrupción irreversible en nuestra forma de organizar nuestras vidas, trabajos, estudios y consumos. Siendo así, la pregunta es si la educación básica vigente, no solo en cuanto al espacio físico o virtual en el que se ofrecerá sino en cuanto al diseño del currículo, competencias, habilidades, evaluación, periodicidad, extensión, valores, formación docente, recursos didácticos, etc. no debería pasar por una transformación disruptiva, o si seguiremos con la educación tradicional aunque “pasada por la pantalla”. Es decir, una forma de enseñanza montada sobre la tecnología disponible en vez de transformada por los nuevos retos, formatos y conclusiones a las que se va llegando respecto a sus limitaciones y oportunidades. Por ello creo que una pregunta que deberíamos estar debatiendo es ¿cómo debería cambiar la educación básica en la forma tradicional en la que se ha estado desarrollando en el Perú? En el sector privado, los más progresistas que se pongan en la primera línea de la innovación darán varios pasos delante del resto. Otra vez se abrirá la brecha con los demás, salvo que el Minedu asuma como reto transformar sustantivamente sus conceptos de educación básica