El genocidio y secuestros masivos perpetrados por Hamas el 7/10/2023 en el sur de Israel y la guerra en diversos frentes que se desencadenó después han marcado un antes y un después en la historia contemporánea, de una manera similar al 11/9/2001. Ambos eventos han transformado profundamente las dinámicas mundiales, desde lo militar hasta lo geopolítico.

En el ámbito militar, al igual que tras el 11-S, donde EE.UU. lideró la “Guerra contra el Terrorismo” luchando en el terreno contra los ejércitos de Irak y Afganistán, el 7-Oct. incluye la guerra de Israel contra los grupos terroristas Hamas e Hizbollah, que operan en túneles y edificios en medio de poblaciones civiles usadas como escudos humanos.

El ciberespacio se ha consolidado como un campo de batalla esencial, afectando sistemas de defensa, energía y comunicación, demostrando que los daños cibernéticos pueden ser tan devastadores como los físicos.

Económicamente, toda guerra tiene perdedores a nivel planetario por la inestabilidad de precios y flujos de mercaderías, exceptuando a los vendedores de armas y los especuladores del petróleo.

A nivel de cobertura noticiosa, es evidente que las narrativas de la BBC y las principales agencias europeas tienen el sesgo ideológico de sus promotores y los negocios con el mundo árabe e islámico, por lo que se encuentra poca simetría y “objetividad” en sus comunicaciones.

El 7 de octubre del 2023 marca una fractura histórica que redefine las reglas del juego global, con una ONU muerta, donde las organizaciones terroristas emergen como actores clave en un mundo cada vez más volátil.