Ya transcurrieron cien días desde que Castillo asumió el poder, y su gobierno no ha hecho absolutamente nada positivo para los destinos del país. Al contrario, la pésima designación de ministros en carteras claves de dos gabinetes en tan poco tiempo, y sus desastrosas declaraciones a la prensa sobre la expropiación del gas de Camisea, han contribuido a enrarecer más la atmósfera de incertidumbre económica, disparando los precios de productos esenciales y el tipo de cambio del dólar.

La PCM Mirtha Vásquez asistió al Congreso el lunes 25 para solicitar la confianza a su gabinete, con un discurso que poco o nada se condice con la Política General de Gobierno aprobada recientemente por D.S N° 164-2021 PCM y, lo que debió ser votado el día siguiente, fue postergado para el jueves 04 de noviembre, manteniendo la incertidumbre sobre un Gabinete que no tiene seguros los votos (ni de un sector de su propio partido de gobierno) para alcanzar la confianza, como si al país le sobrara el tiempo para continuar en la inacción que sigue afectando los bolsillos de la población.

No obstante, pese a no haberse sometido todavía al voto de confianza, el Ejecutivo ha presentado al Congreso un PL solicitando facultades extraordinarias en materia tributaria, fiscal, financiera y de reactivación económica, con propuestas de medidas legislativas que no merecieron ni una línea del discurso de la premier ante el Congreso.

En suma, una absoluta improvisación en el manejo de los destinos de millones de peruanos. No seamos ingenuos: a Castillo y a su partido no les interesa gobernar en bienestar del país. Lo que pretenden es consolidar su poder mediante una Asamblea Constituyente que derogue la Constitución vigente y proclame una a la medida de su trasnochada ideología marxista. En el ínterin, mientras nos conducen a ese funesto escenario político con sus marchas y contramarchas, el país marcha a la deriva sin que la oposición democrática en el Congreso atine a nada. Los ochenta y siete votos se tornan impostergables.