El mismo día que el Gobierno seguía contando cuántas miles de vacunas llegarán al país “en los próximos meses”, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, reportaba al Congreso el hallazgo de la variante brasileña del nuevo coronavirus en las regiones Loreto, Huánuco y Lima.

¿Qué significa esto? Pues más presión para el ya colapsado sistema de salud. También significan más oportunidades para que la pseudociencia siga ganando espacio gracias la tibia respuesta del Minsa a “tratamientos para prevenir” la COVID-19.

La pandemia está lejos de terminar. Esto es palpable con el aumento de contagios y decesos. Recordemos que no son solo números, detrás de estas cifras hay personas que día a día se infectan y mueren esperando un espacio en los hospitales para recibir atención médica.

Ya se ha determinado que las nuevas variantes son más contagiosas. Lo que aún falta conocer es  si las vacunas desarrolladas mantienen la misma efectividad contra estas nuevas mutaciones, pero todo apunta a que sí.

Entonces, mientras esperamos la llegada de las vacunas, solo es responsabilidad de cada persona evitar la transmisión del virus cumpliendo las normas sanitarias pues aún no hay nada certero respecto a la vacunación.