Forma parte del consenso global la idea que sostiene que en toda crisis surge una oportunidad. Entre las muchas oportunidades positivas que emanan de esta crisis que golpea fuerte al Perú (la solidaridad, el preocuparse por los más débiles, el patriotismo funcional, etc.) destaca también el rol que juegan las nuevas tecnologías.

En efecto, las nuevas tecnologías nos han permitido enfrentarnos al coronavirus al mismo tiempo que muchos países en todo el planeta. Compartimos preocupación e información y una vez más se ha hecho realidad el viejo principio sobre el que se funda toda democracia: “quod omnes tangit ab omnibus approbetur”. “Lo que a todos importa, por todos debe ser aprobado”. El virus nos importa a todos y por todos debe ser combatido. Este es uno de esos momentos estelares que ayudan a forjar la solidaridad entre los pueblos.

Como universitarios no podemos sino reconocer las inmensas posibilidades que nos ofrece la educación virtual. Lo online es una realidad. Desde hace años empleamos lo más moderno de las nuevas tecnologías para ofrecer a nuestros alumnos un mundo nuevo de posibilidades sin el constreñimiento del territorio. Hace décadas, Víctor Andrés Belaunde decía que el destino del Perú partía de conquistar su indomable geografía. Hoy, la educación virtual nos permite llevar a cabo este viejo anhelo llevando a todos los rincones del Perú una educación de clase mundial.

Así parece haberlo comprendido el gobierno que facilita, con buen tino, la expansión de la educación online síncrona, reconociendo su altísima calidad y favoreciendo el uso de la mejor tecnología global. La generación del Bicentenario está absolutamente preparada para este nuevo desafío.