Que los médicos, enfermeras, militares, policías, bomberos y serenos sean los primeros en ser vacunados con el primer lote de antivirales está muy bien, pues son estos profesionales los que están en contacto directo con los pacientes o con los ciudadanos que nadie sabe si están infectados o no. Son los que no se pueden quedar en sus casas haciendo cuarentena.

Sin embargo, en el caso de los médicos, enfermeras y policías, el que sean los primeros en ser vacunados debe ser visto, también, como una forma de desagravio a quienes pusieron el pecho desde el principio, aunque el Estado muchas veces les retribuyó mal. No olvidemos la falta de equipos de protección personal para los profesionales de la salud y la mezquindad mostrada muchas veces con sus contratos y pagos.

En el caso de los policías, recordemos las corruptelas de algunos mandos que aprovecharon la emergencia para lucrar con compras truchas de equipos de protección, ranchos y hasta botellas de alcohol, lo cual es imperdonable, pues muchos efectivos han perdido la vida por este tipo de acciones que ojalá en su momento sean sancionadas.

Es positivo que los primeros en ser vacunados sean estos profesionales a quienes los ciudadanos hemos aplaudido desde nuestras puertas y ventanas. Es de esperarse que la inmunización de ellos se haga rápido y sin dificultades.