La redacción de la nueva Constitución chilena reconocerá su naturaleza plurinacional; en consecuencia, la incorporación de los principios de sumak kawsay y suma qamaña, ambas invocadoras de la Pachamama, se presentan como un mestizaje del constitucionalismo con la ancestral cultura andina, pues, significan que solo se tomará de la madre tierra los bienes que sean necesarios, aportando el concepto de los “derechos del buen vivir”, un vehículo cultural para la mejor comprensión de los derechos históricamente reconocidos que pone énfasis en la fraternidad.

El sumak kawsay y suma qamaña significan la vida en armonía y el buen vivir, ambas inspiran que el desarrollo y crecimiento económico se fundamentan en los principios de la equidad, solidaridad y reciprocidad; reconoce también que todos somos parte e integrante de la naturaleza, de la biodiversidad y la responsabilidad para conservarlo. Por su origen, son principios que responden a una dimensión filosófica, espiritual y ética, otorgando una dimensión política, jurídica y económica que permita a la humanidad tener una vida equilibrada y armónica.

Es conveniente resaltar que son principios en favor del bienestar general producido desde los recursos naturales, recordemos que las culturas ancestrales eran agrícolas y mineras. Por eso, el objetivo de alcanzar el desarrollo, la ampliación de los derechos colectivos y el reconocimiento de la justicia indígena, se armoniza con los clásicos principios del constitucionalismo: la separación de poderes, el reconocimiento y protección a los derechos fundamentales. En la actualidad, los principios del sumak kawsay y suma qamaña todavía tienen un tímido desarrollo jurisprudencial, por eso resultará importante conocer su contenido y límites, pues, se convierte en un ideal que podría politizarse de acuerdo con el programa político que aplique cada gobierno.