En el año del Bicentenario de la Independencia del Perú, es notorio el reconocimiento a la capacidad profesional y política de las mujeres. Instituciones del Estado, antes cotos masculinos, hoy están bajo la dirección de mujeres. En dos poderes de Estado: Mirtha Vásquez, presidenta del Congreso, y Elvia Barrios, del Poder Judicial.

También está la presidenta del Tribunal Constitucional, Marianella Ledesma; y Zoraida Ávalos como Fiscal de la Nación. En la Presidencia del Consejo de Ministros está Violeta Bermúdez, y como ministras en Defensa, Nuria Esparch Fernández, y en Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete. La titular de la Junta Nacional de Justicia es Inés Tello.

No sería ninguna sorpresa si el próximo 11 de abril, elegimos por primera vez una mujer en la Presidencia de la República, impulsando así la presencia de las mujeres en la vida política, social y económica del Perú, en el proceso de alcanzar la plena igualdad.

Sin embargo, los avances entre hombres y mujeres no son similares. Recordemos ese 28,5% de diferencia en las remuneraciones que perjudica a las mujeres. De 12 millones de mujeres económicamente activas, sólo el 61% están empleadas y no necesariamente en trabajos formales o de tiempo completo. El porcentaje de mujeres sin nivel educativo (8%) es 4 veces el de los hombres (2%). De los alcaldes distritales elegidos, apenas fueron 81 mujeres (4,32%) las que lograron el cargo, mientras que 1793 varones (95,68%) llegaron a ser burgomaestres distritales.

En estas elecciones, la paridad y la alternancia en las listas de candidatos debiera permitirnos una mayor presencia de mujeres en la vida política pública del país y, saludamos este avance porque nos permite caminar hacia la construcción de una sociedad más justa, sin discriminaciones y con igualdad de oportunidades para todos y todas.