Es fuerte el temor que despierta en varios sectores el hilo conductivo Lady Camones-César Acuña-Pedro Castillo-blindaje que se activaría si la primera, discípula del mandamás de Alianza para el Progreso, se enfunda mañana el cargo de presidenta de la Mesa Directiva del Congreso en reemplazo de María del Carmen Alva.

Y es que ha sido notoria la conchabanza, por decir lo menos, entre el dueño de la UCV y el mandatario, ambos cajamarquinos, destacando el escandaloso aval del autor de la frase “plata como cancha” a la tesis de maestría llena de plagios de Castillo Terrones y su esposa Lilia Paredes, y el papel de aliado para salvarlo de la vacancia por incapacidad moral.

He ahí el meollo del asunto. Acuña no da puntada sin hilo y ha tejido su proyecto particular de hacerse del Parlamento sin ningún resquicio de desprendimiento político porque la lógica indica que Gladys Echaíz, a la sazón exfiscal de la Nación, es de lejos la indicada para ponerle pantalones a este Congreso de 79% de desaprobación y con “Niños” que se orinan en los pañales.

Así las cosas, con una precaria oposición hecha pedazos, el que ríe a toda mandíbula es, precisamente, Pedro Castillo porque se le facilitan los caminos para seguir toreando la salida de Palacio de Gobierno a pesar de los cada vez más evidentes nexos con el delito, como lo tiene presupuestado el Ministerio Público al investigarlo como cabecilla de una red mafiosa integrada además por algunos familiares.

En verdad, nuestra política demanda una refundación urgente porque vamos rumbo al barranco con los personajes y aventureros que actualmente ostentan el poder.