El periodista de investigación Christopher Acosta tiene 10 años detrás de la pista del dinero y las acusaciones en contra de César Acuña.
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Con documentos, testimonios y una gran pluma, Acosta ha construido “Plata como cancha” (Aguilar, 2021), una biografía incómoda del ahora candidato presidencial, fundador de universidades privadas y protagonista de cuestionables momentos judiciales académicos, políticos y personales.
¿Por qué un multimillonario como Acuña, que puede comprar el reloj de Obama, ser vecino de las estrellas del Real Madrid, adquirir ternos de casi 39 mil dólares y contratar al abogado de Messi, quiere ser presidente?
A casi cumplir 70 años, está en constante búsqueda de reconocimiento social, empresarial, político, que lo impulsa a intentar convertirse en presidente del país. Y, además, es la cara pública de un poder real. Uno supone que Acuña es rico, pero no se imagina cuánto hasta que lee “Plata como cancha”. Solo la Universidad César Vallejo tiene activos por mil 500 millones de soles. Una fortuna de esa magnitud requiere de cierta protección política y legal. Esa es otra de las razones de Acuña para tener un poder político: la defensa de sus negocios y fortuna.
¿Cree que es un enviado divino para ser gobernante?
Tiene una necesidad de crear leyenda en torno a sus orígenes y a su progreso al punto de que lleva a sus 22 congresistas a una especie de peregrinaje a su casa, escuela, iglesia en Ayaque, Tacabamba, en Chota. Una especie de “Acuña tour” donde se les introduce a la vida de César, en torno a una serie de leyendas que el libro también se encarga de desmitificar.
Parece un poco obsceno que, con todo lo que gana y compra, Acuña hable de pobreza...
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El origen familiar de Acuña fue humilde, pero no de pobreza extrema como se nos ha vendido. Él ha construido un producto político que contrasta mucho de lo que dicen sus vecinos o maestros de escuela en Ayaque. El padre ha sido un gran comerciante, de un crecimiento económico fulgurante durante la infancia de los Acuña Peralta. Esa etapa de la vida de César, que se nos ha ocultado, le ha permitido construir esta historia de que pasa de ser un niño pobre a un multimillonario.
También están los cuestionamientos sobre sus grados académicos. Acuña parece un superdotado por hacer tantas maestrías...
Aparece como un prodigio, porque en tres años consigue dos maestrías (una en Lima y otra en Bogotá) y además un doctorado. Hay que sumar que era congresista y el dueño de estas universidades que empiezan a expandirse en todo el país. Yo no sé si eso es humanamente posible.
Acuña, con su peculiar fraseo, admitió que no ha leído tu libro, pero dice que todo lo que has escrito es mentira...
Invito al señor César Acuña a leer “Plata como cancha”. Es un libro al que no le debería tener miedo. Estaré feliz de responder los cuestionamientos que tenga sobre el libro, luego de que lo haya leído.
¿Nunca te amedrentó o intentó comprar tu silencio?
No. Si bien este libro aparece ahora, en medio de una campaña electoral, no es un trabajo de dos o tres meses. Investigo a César Acuña desde hace 10 años y nunca he tenido un problema legal con él porque mi trabajo siempre ha estado sustentado con documentos. Quiero entender que, como candidato presidencial, es un discurso político que salga a decir que me demandará porque este libro tiene información verificable.
¿Ni con todo el dinero del mundo se puede llegar a ser presidente?
Alianza Para el Progreso (APP) ha tenido mediano éxito, sobre todo en regiones y municipalidades. Habría que preguntarnos cuánto cuesta cada voto de APP. Si divides todo lo que ha invertido Acuña de su fortuna por el número de votos que ha conseguido a lo largo de su historia, verás que estamos ante el voto más caro del país. Y, aparentemente ahora, ni todo el dinero del mundo es garantía de que alguien pueda ganar la presidencia. La tiene muy difícil.
¿Por qué César Acuña no está preso a pesar de tantas y diversas acusaciones en su contra?
César Acuña debe ser uno de los políticos con más denuncias en todo el país. Una de las hipótesis que desarrolla el libro es cómo ha consolidado un sistema de justicia privada con el que, por fuera del ojo público, consigue arreglar sus casos a través de compensaciones a veces millonarias. Ha logrado una maquinaria legal con un pool de 15 abogados de los estudios más importantes del país. Solo alguien seguro de que saldrá ileso de los atropellos que comete puede darse el lujo de romper las normas e, incluso, incurrir en potenciales actividades ilícitas.
Christopher Acosta
Periodista de investigación. Ha trabajado en diversos medios de comunicación. Becario de la Fundación García Márquez, Georgetown University y el Lincoln Institute. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 2019.
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