FOTO: ALESSANDRO CURRARINO/EL COMERCIO
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Uno de los aspectos más destacables de la historia peruana, de acuerdo con el historiador Mauricio Novoa, es que  el adoptó el modelo republicano en un contexto mundial aplastantemente monárquico, un sistema que ha logrado mantener por 200 años.

Celebramos 200 años de independencia. ¿Cuál era el contexto histórico en el mundo cuando empezamos nuestra vida republicana?

Lo primero que hay que entender es que en 1821 la república no era necesariamente el modelo de gobierno más popular en el mundo. La república fue una apuesta que hace el Perú en un contexto histórico donde la mayoría de gobiernos en el mundo eran monarquías. En ese sentido, yo creo que es loable, viniendo de un sistema monárquico no solo desde los Incas, sino desde el virreinato, y queriendo San Martín una monarquía para el Perú, que se haya mantenido la república como forma de gobierno. Era un modelo que no tenía muchas chances de sobrevivir. Sin embargo, 200 años después continuamos siendo una república. Al momento que el Perú se decidió por una república, la primera república nacional de la historia, la francesa, había sido derrotada por una monarquía impuesta por Napoleón Bonaparte. Y la única república funcional que quedaba en ese  momento era la de los Estados Unidos. Lo interesante de esto es que fuimos una república contra todo pronóstico.

¿La corrupción pública ha sido recurrente en nuestra vida republicana?

La corrupción es un problema consustancial al ser humano. No todas las personas son virtuosas, en ese sentido se establecen controles. Pero tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué cosa significa corrupción. Hemos tenido unas definiciones demasiado amplias y eso se traduce en mucha desconfianza a los que toman decisiones y, cuando hay desconfianza, eso termina derivando en una parálisis. La corrupción no tiene un período histórico, tiene que ver con las condicionantes específicas de las personas concretas.

¿El clasismo y el racismo son igualmente defectos nacionales de larga data?

Somos un país mestizo, una cultura mestiza donde todos somos una mezcla y donde las culturas y personas de todos los países que han llegado posteriormente al virreinato también han sido integrados como peruanos. El fenómeno del mestizaje habla por sí mismo. Hay que distinguir entre los actos concretos de racismo, que son condenables, y la idea de que nosotros somos consustancialmente una cultura racista. Una cultura mestiza, por definición, no puede ser racista.

Llegamos al bicentenario con un presidente de procedencia rural, del llamado Perú profundo. Cuál es su reflexión.

Primero, no sé qué significa ‘presidente del Perú profundo’. Tal que vez se refiere a que es mestizo y rural. Presidentes mestizos han habido muchísimos. (Agustín) Gamarra, (Ramón) Castilla, (Luis Miguel) Sánchez Cerro, Alejandro Toledo. O sea, Castillo no es la primera persona que es de ese origen. Juan Velasco Alvarado venía de una zona muy pobre de Piura.

Castillo es el presidente de izquierda más radical que hemos tenido en el Perú. ¿Está de acuerdo?

Creo que habrá que ver qué políticas adopta para hacer un juicio. Ciertamente, el discurso de Castillo no ha sido muy alentador. En ningún sitio del mundo el socialismo marxista ha generado riqueza. Nunca. No es una receta para la prosperidad si uno juzga lo que ha sucedido en gobiernos similares en otros países del mundo.

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