Alejandro Soto fue elegido como presidente del Congreso para el periodo 2023-2024. (Foto: GEC)
Alejandro Soto fue elegido como presidente del Congreso para el periodo 2023-2024. (Foto: GEC)

El 31 de julio, en medio del escándalo que afronta el presidente del Congreso, Alejandro Soto, por contratar a su cuñada, el personal de la se enteró que la gestión de Karol Paredes concluyó.

Todos recibieron con asombro la noticia porque proyectaban que el periodo bianual recién debía acabar en setiembre del 2023 y no en julio como dispusieron las áreas administrativas del Parlamento, según fuentes congresales.

Tal fue la sorpresa que dejaron en borrador una citación que preparaban con esfuerzo para que la congresista María Cordero Jon Tay asista al respectivo grupo de trabajo a fin de responder por la denuncia  que enfrenta por recortarle el salario a su personal.

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La decisión no solo hizo que se paralizara el caso de Cordero sino, además, otros que llevan meses de investigación como por ejemplo el que afrontan por hechos similares  la congresista Hilda Portero (Acción Popular), José Arriola (Acción Popular), su colega Edgar Tello (Bloque Magisterial) y otros. “Jamás ha ocurrido ese hecho. La gestión de Paredes debía acabar en setiembre”, dijeron los informantes.

En efecto, de acuerdo con el artículo 9 del Código de Ética Parlamentaria, el mandato de una gestión en la respectiva comisión es de “dos años” y no dos legislaturas. Por si fuera poco, ya han alistado todo para encontrar reemplazo. En la víspera, la Oficialía Mayor envió por disposición de Alejandro Soto, titular del Congreso, una citación para que hoy se reúna la Junta de Portavoces y elija al número de integrantes de Ética.

Al respecto, una fuente señaló que “no puede ser que incluso se haya citado a Junta de Portavoces para establecer el número de miembros de la Comisión de Ética casi dos meses antes de que acabe su periodo. ¿Cuál es el apuro?”.

Postura

Sobre el tema, el experto en temas parlamentarios César Delgado Guembes señala que es inusual e incorrecto que se haya dispuesto que la Comisión de Ética deje de funcionar en momentos claves donde ameritan acelerar los trabajos de investigación.

“Los periodos bianuales de la Comisión de Ética incluyen el día en que esta Comisión fue designada por el Congreso, es decir, los dos años deben ser los dos años calendario”, indicó a Correo.

Explicó que jamás ha ocurrido esa situación y que incluso en el pasado lo que se estilaba hacer era que “los  dos años de periodo se prolongaba”. Insistió en que “lo correcto es que los periodos sean  completos y con carácter calendario”.

Sospechoso

Toda esta trama ocurrió justo días después de que el programa “Al Estilo Juliana” revelase que Alejandro Soto, presidente del Congreso, había contratado a su cuñada antes de ser la máxima autoridad del Parlamento Nacional.

Si bien Soto ha indicado que no se aferraba al cargo y que se pondrá a disposición de la Comisión de Ética para afrontar cualquier denuncia, no explicó que no podrá ser investigado al menos hasta que se instale una nueva agrupación porque la actual suspendió todas sus actividades.

Por lo pronto, las bancadas negocian intensamente los cupos de esa comisión que, como sabemos, ha tenido miembros que se han encargado de blindar a sus colegas  y dejado claro que “otorongo no come otorongo”

Lo curioso del asunto es que la agrupación que estaría buscando liderar ese grupo de trabajo es la bancada Unidad y Diálogo, que impulsó  y tiene entre sus filas a investigados como Katy Ugarte por el caso de “Los Niños” y Luis Cordero Jon Tay, sospechoso por aparente espionaje.

Blindaje

Ahora bien, todo apuntaría a que, ante cualquier denuncia contra el presidente del Parlamento u otro congresista cuestionado, todos saldrían librados de polvo y paja en la Comisión de Ética.

Al respecto, Jorge Montoya, vocero de Renovación Popular, dijo a Correo que de hallársele algún solo indicio que corrobore la responsabilidad de Soto en el caso de contratación de su cuñada,  promoverá una moción de censura.

“Si es culpable promovería una censura contra el presidente del Congreso y deberían hacerse nuevas elecciones para el cargo del presidente y todo el resto (de la Mesa Directiva) permanecería donde está”, manifestó.

Edgar Reymundo (Cambio Democrático), por su parte, pidió mayor transparencia en el manejo del Congreso. Jaime Quito (Nueva Constitución -Socialista), entre tanto, refirió que su caso debe ser investigado sin ningún blindaje por la Comisión de Ética. Carlos Anderson opinó que se debe determinar cuál sería la falta ética y demostrar en qué fecha Soto contrató a su cuñada.

Alejandro Cavero, de Avanza País, aseveró que Ética tiene que iniciar con la indagación. En el mismo sentido, Guido Bellido, de Perú Bicentenario, consideró que Ética debe iniciar las investigaciones que corresponden y hacer las diligencias para determinar su responsabilidad.