Desde China, el canciller peruano Javier González-Olaechea mostró su rechazo y calificó de “intentona de golpe de Estado” a la irrupción de soldados y vehículos militares -comandados por el general Juan José Zúñiga- que intentaron tomar por la fuerza el Palacio Quemado, la sede del gobierno de Bolivia.
Sostuvo que una vez enterado del lamentable asunto, la presidenta Dina Boluarte emitió un comunicado rechazando la alteración al orden democrático de la manera más clara y contundente. No obstante, dejó entrever que con la juramentación de los nuevos altos mandos del Ejército boliviano, se redujo las intenciones de concretar el golpe.
“Ahora ha juramentado el presidente Luis Arce Catacora a una nueva cúpula militar, lo cual parecería que los movimientos militares en la Plaza de Armas estarían encaminados a disolverse o someterse a procesos ante la justicia. Es una intentona de golpe de Estado”, manifestó el ministro de Relaciones Exteriores.
Afirmó además que no sería necesario activar la Carta Democrática. En tanto, insistió que el Perú actuó de forma rápida al dejar marcada una postura en contra de ese tipo de acciones que vulneran los preceptos consignados en la Constitución.
Acciones
De otro lado, el canciller indicó que nuestro país activó todos los mecanismos internos para que los compatriotas que eventualmente se hayan visto perjudicados en Bolivia, sean atendidos.
“Perú activó los mecanismos internos para que nuestra representación en Bolivia, tanto la diplomática como la consular, pueda brindar la asistencia directa a connacionales que puedan verse afectados”, informó.
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