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“Eso, por supuesto, no puedo demostrarlo. Pero estoy convencido de eso”. Esta es una de las frases recurrentes en el lenguaje del canciller Héctor Béjar, con la que suele redondear afirmaciones grandilocuentes en conferencias virtuales con admiradores de izquierda extrema.
Uno de estos irresponsables dichos ha metido al Gobierno en una nueva crisis política de magnitud, y ha exacerbado, además, los ánimos de las Fuerzas Armadas y de la oposición parlamentaria.
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“El terrorismo en el Perú lo inició la Marina, y eso se puede demostrar históricamente. Han sido entrenados por la CIA ¿no?”, expresó el exguerrillero Héctor Béjar en febrero de este año, durante un conversatorio virtual. Estos audios, difundidos por el programa Panorama, son claros y no han sido desmentidos por el ahora canciller.
Cabe recordar que en un audio anterior, difundido el domingo 8 de agosto, Béjar había lanzado ya otra ‘bomba’.
“Yo estoy convencido, no puedo demostrarlo, de dos cosas: uno, que Sendero ha sido, en gran parte, obra de la CIA y de los servicios de Inteligencia. Y, dos, gran parte de las operaciones de división de la izquierda tienen algo que ver con los servicios de Inteligencia enemigos”, dijo entonces Béjar.
Y remató con su habitual fórmula: “Eso, por supuesto, que no puedo demostrarlo. Pero estoy convencido de eso, ¿no?”.
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AFRENTA
La Marina de Guerra expresó de inmediato su enojo institucional en un comunicado.
“Constituye una afrenta contra los hombres y mujeres que lucharon y continúan luchando contra la delincuencia terrorista, contra las viudas, huérfanos y deudos víctimas de esta execrable acción, así como contra todos los hombres y mujeres que integran nuestra bicentenaria institución”, reza un comunicado.
Asimismo, a juicio de la Marina, las afirmaciones de Béjar distorsionan la historia.
“La Marina de Guerra del Perú deplora afirmaciones de esta naturaleza que pretenden distorsionar la historia de la pacificación nacional, reafirmándose en el cumplimiento de su misión constitucional de continuar la lucha contra el terrorismo, dentro del marco legal vigente”, concluye.
SE SUMAN
Ex altos mandos de dicha fuerza armada expresaron también su “repudio al ministro Béjar”.
“Evidenciando su ideología marxista comunista, pretende cambiar la historia, formulando estas imputaciones irresponsablemente, cuando, por el contrario, fue la Marina una de las instituciones que más participación tuvo en el combate contra el terrorismo”, aseguraron en un comunicado.
Así, vicealmirantes en retiro, excomandantes generales de la Marina, exministros y exjefes del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas hicieron público su “requerimiento al ministro de Defensa, Walter Ayala, para que en su condición de titular del sector rechace públicamente las afirmaciones de Béjar, “por afectar, sin prueba alguna, la imagen y el honor de la Marina”.
REACCIONES
Al final de la tarde, el presidente Pedro Castillo citó en Palacio de Gobierno al ministro Héctor Béjar para una conversación en privado. Lo mismo ocurrió con el titular de Defensa.
Entretanto, el premier Guido Bellido se refirió anoche a la delicada situación del canciller.
“No hay todavía ninguna decisión (sobre su permanencia)”, declaró en RPP.
Poco antes, lamentó en su cuenta de Twitter las declaraciones de Béjar, aunque remarcó que fueron expresadas en febrero pasado.
“Desde la Presidencia del Consejo de Ministros reafirmamos nuestro respeto y alta consideración por las fuerzas armadas y reconocemos el esfuerzo que desplegaron en la lucha contra el terrorismo y por la pacificación nacional. Lamentamos algunas declaraciones (de febrero pasado) de integrantes del Ejecutivo”, escribió en la mencionada red social.
El malestar dentro del Gabinete fue expresado también por el ministerio de Justicia, Aníbal Torres.
“Desde el día 30 (de julio) que asumí, nadie se ha expresado en esos términos, excepto el ministro de Relaciones Exteriores, que ha tenido esas expresiones desafortunadas”, comentó.
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EL SOL CON UN DEDO
Por la noche, un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que las declaraciones de Béjar “vienen siendo manipuladas, editadas, recortadas y sacadas de contexto con el propósito de desacreditarlo y obtener la censura del Ministro de Relaciones Exteriores”.
El documento agrega que se trataría de una “campaña sistemática (...) que tiene como fin confundir a la opinión pública y presentar al Canciller agraviando a las Fuerzas Armadas y a la Marina de Guerra del Perú, hecho que el ministro rechaza tajantemente”.
CONDENA
En el Congreso, la primera vicepresidenta Lady Camones demandó que el canciller deje su cargo de inmediato, pues de lo contrario sería censurado.
“Un canciller no puede justificar las acciones terroristas de Sendero Luminoso”, dijo.
A su turno, la tercera vicepresidenta del Parlamento, Patricia Chirinos, solicitó con urgencia a la presidencia de dicho poder que se convoque a una Junta de Portavoces para tratar las desafortunadas declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores.
También se pronunciaron los vicealmirantes en retiro -ahora congresistas de Renovación Popular- Jorge Montoya y José Cueto Aservi.
“El Gobierno está en la obligación de retirarlo de su cargo. Sus declaraciones son simplemente las de un terrorista y está dañando tremendamente la imagen de la cancillería y mancillando el prestigio de las FF.AA.”, tuiteó Montoya.
“Son un insulto a nuestras Fuerzas Armadas”, dijo a su vez Cueto Aservi. “Debe renunciar o ser censurado”, añadió.
El abogado de Ideele, Carlos Rivera, manifestó a su turno: “La violencia terrorista la inició Sendero Luminoso. Ese es un hecho innegable”.
El excanciller Allan Wagner, predecesor de Béjar en el cargo, expresó, escueto a este diario: “El Congreso debe pedirle que se rectifique y desagravie a la Marina. Es un tema de Estado”.
La Asociación Civil Transparencia tampoco se quedó atrás y calificó de “inaceptable” que se ponga en tela de juicio el inicio del terrorismo en el Perú, asunto que fue detallado en las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
Hasta el cierre de esta edición, sin embargo, ni el Gobierno ni Castillo se habían pronunciado sobre una eventual remoción de Béjar.
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