Los virus que la originan son contagiosos, sin embargo no todos los infectados la desarrollan. La mayoría presenta un catarro común
Los virus que la originan son contagiosos, sin embargo no todos los infectados la desarrollan. La mayoría presenta un catarro común

Afecta a los niños menores de 2 años, principalmente a los bebés con menos de 6 meses.  La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria aguda de las vías inferiores que provoca obstrucción bronquial, pero suele estar precedida  por fiebres no altas, tos, dolor corporal, broncoespasmos, silbidos y aleteo nasal. La causa más frecuente es el virus respiratorio sincicial (VRS)

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Carlos Mendoza, neumólogo pediatra de la Clínica Ricardo Palma, explica que cuando esta afectación al sistema respiratorio se vuelve severa, debido a que hay dificultad para respirar o el grado de oxigenación en la sangre es por debajo de los 92, es importante acudir al médico porque el menor puede morir. “Los cambios de clima, la falta de vacunación contra la influenza o los virus que circulan en distintas estaciones, principalmente en otoño y primavera originan esta condición”, detalla.

Para el especialista, esta afección se ha hecho más frecuente en el último mes, debido a que este virus se propaga si se entra en contacto directo con las secreciones de la nariz y la garganta de alguien que tenga la enfermedad y como los pequeños ya salen al parque o a dar un paseo pueden contraer bronquiolitis. Otros factores de riesgo también pueden poner en peligro a los menores, entre ellos están los niños prematuros, con cardiopatías congénitas, displasia broncopulmonar, malformaciones, inmunodeficiencias, síndrome de Down, antecedentes personales de eccema, etc.

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CÓMO TRATARLA. No existe un tratamiento específico para la bronquiolitis. Los antibióticos no ayudan porque tratan enfermedades causadas por bacterias, no por virus. Sin embargo, puede tratar de aliviar los síntomas de su hijo.

El médico aconseja, para ayudar a diluir las secreciones, usar las gotas nasales de solución salina recomendadas por su pediatra. Nunca use gotas que contengan algún medicamento. “Asegúrese que su bebé beba mucho líquido, no permita que se deshidrate. Es posible que prefiera los líquidos claros, más que leche o fórmula”, detalla. En casos muy poco frecuentes, podría ser necesario poner al bebé en un respirador. Generalmente, esta es una medida temporal hasta que desaparezca la infección”, concluye.

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