La verdad artística se sostiene en la intuición, convicción o sugerencia, porque no puede demostrarse mediante pruebas. Es la verdad de coherencia.
La verdad artística se sostiene en la intuición, convicción o sugerencia, porque no puede demostrarse mediante pruebas. Es la verdad de coherencia.

A muy pocos días de iniciarse la celebración de Semana Santa, en que la vida adquiere connotaciones fuertemente espirituales, aunque también mucha gente lo dedica a diversiones de carácter pagano y estrictamente materialista, resulta oportuno reflexionar sobre ciertos aportes fundamentales del tradicional acontecimiento. Por eso resulta muy importante el volumen “La Medicina y la Religión: Más cerca que nunca”, del distinguido médico y escritor de temas históricos, religiosos y literarios, Emiliano Paico Vílchez, profesor en la Universidad Privada Antenor Orrego.

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VARIAS FORMAS DE VERDAD

El ser humano, en su cotidiano enfrentamiento a la realidad, tiene varias vías o formas de acceder a su conocimiento y comprensión. Entre ellas están a su disposición la ciencia, el arte y la religión. Cada una, sin embargo, de diferente naturaleza, condición y actuación. La verdad de la ciencia, por ejemplo, para ser aceptada, debe ser demostrada, comprobada y verificada. Es precisamente lo que corresponde a la denominada verdad de correspondencia, como en la física, la química o la biología.

La verdad artística (o literaria) se sostiene en la intuición, convicción, o sugerencia, porque no puede demostrarse mediante pruebas. Es la verdad de coherencia.

La verdad religiosa, por su parte, se acepta por la convicción y por la fe en un ser superior dotado de cualidades extraordinarias. Es la verdad por revelación.

Y ocurre que estas tres formas de verdad confluyen en el hermoso libro. Claro que no es fácil y tiene sus riesgos hacer confluir ciencia y religión, cada una de las cuales tiene su propia naturaleza, objetivos y métodos, muchas veces distintos, opuestos y contradictorios; porque la ciencia tiene que ver con la naturaleza de la vida terrenal, mientras que la religión se relaciona con lo espiritual; es decir, con el cielo y la divinidad.

CÉSAR GUARDA MAYORGA Y MIGUEL DE UNAMUNO

En el Perú, uno de los intelectuales que más atención ha dedicado al asunto es César Guardia Mayorga en su libro “Filosofía, ciencia y religión”; por otro lado, pensadores y ensayistas tan notables, como Miguel de Unamundo (“La agonía del cristianismo”), han exaltado el rol y trascendencia de la religión, especialmente el cristianismo. Desde luego, el problema no es fácil resolverlo; pero hay una sólida convicción en el filósofo español: la religión, más que algo ritual, es lucha, perseverancia; por lo tanto, todo verdadero cristiano debe luchar permanentemente por una vida digna, superior y de entrega a los demás.

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EL AUTOR

El doctor Emiliano Paico Vílchez no es solo un distinguido profesional, sino un acucioso investigador científico, como lo avalan sus artículos y libros publicados hasta ahora. Además, es un convencido y fervoroso creyente católico que considera a Dios y la religión por encima de cualquier actividad, oficio o profesión, en un plano trascendente y superior; porque un médico puede ser excelente en su especialidad, pero por encima de él está Dios. Es su indiscutible y clara convicción.

MEDICINA, TRATAMIENTO Y ORACIÓN

El autor parte del esclarecimiento sobre la naturaleza, afinidades y diferencias entre ciencia y religión que se plasman en la sociedad; es decir, en los seres humanos. A continuación, con una orientación particular, explica las relaciones entre medicina y religión, específicamente la confluencia e integración entre médico y paciente, en un proceso de interrelación recíproca y complementaria, que cada vez une más enriquecedoramente a ambos actores, de manera que entre ellos debe darse una comunicación recíproca, horizontal y complementaria, que, en realidad, se sostiene en la dimensión ilimitada de las categorías espirituales y religiosas, de lo que se concluye que el tratamiento o curación de una enfermedad no es sólo asunto científico o tecnológico; no es cuestión sólo de diagnóstico, análisis, recetas y tratamiento, sino que, por encima de todo ese proceso, hay una fuerza, una dimensión superior y divina inconmensurable. De esta manera, la oración deja de ser un rito vacío o una expresión memorística o automática, para constituir una fuerza vital, energética, suprema, que refuerza o coadyuva la curación o tratamiento que prevé, administra y orienta el médico.

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DIOS, MÉDICO, PACIENTE Y JESUCRISTO

A continuación, el autor particulariza su estudio, análisis y reflexión acerca de la entidad divina de Dios y la protección que brinda a los seres humanos, de manera especial en los procesos de las enfermedades y en la función rehabilitadora y curativa, hasta desembocar en el poder superior de Jesús como médico supremo de cuerpos y almas.

EL MILAGRO DE LANCIANO

El valioso libro del doctor Emiliano Paico Vílchez incluye dos capítulos sobre un hecho original, insólito, supremo y extraordinario: la explicación del milagro que ocurrió en Lanciano, Italia, según el cual, en plena celebración de la misa, durante el acto de consagración del vino por el sacerdote, la bebida se convirtió en sangre, en un excepcional y extraordinario acontecimiento que ha vencido y superado toda prueba científica, cuyo testimonio sigue vigente.

La realización de tan valioso aporte cultural ha significado para el autor una exhaustiva investigación, que también se puede apreciar en la mencionada obra, de manera que el desarrollo del tema no es, no puede ser simplemente el acto de un creyente inspirado por la fe, sino la acción de un científico, académico, médico y creyente, cuyos aportes resultan extraordinarios en estos días de Semana Santa.

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