La añoranza por aquellas situaciones que configuran nuestro pasado es una constante en EUCALIPTOS SIN AROMA. El narrador protagonista posee la capacidad reflexiva para evaluar cómo la infancia marca los pasos del futuro.
La añoranza por aquellas situaciones que configuran nuestro pasado es una constante en EUCALIPTOS SIN AROMA. El narrador protagonista posee la capacidad reflexiva para evaluar cómo la infancia marca los pasos del futuro.

En 1956 Julio Ramón Ribeyro escribió en Europa Los eucaliptos; cuento en el que el narrador protagonista recorre las viejas calles de un distrito limeño y recuerda cómo fueron estas antes de que los inevitables cambios de la modernidad se diesen. Con un tono nostálgico, el relato revela que el recuerdo es la certeza de lo perdido. La añoranza por aquellas situaciones que configuran nuestro pasado es una constante en esta historia y lo es también en , el libro de cuentos que el escritor trujillano Federico Alponte publicó en 2023. No es casualidad que el libro se titule casi como el cuento de Ribeyro; en el relato que da nombre al libro, el narrador confiesa que sus largas caminatas por las calles capitalinas están inspiradas en la figura de Ribeyro.

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EUCALIPTOS SIN AROMA se publicó en el 2023; sin embargo, su génesis comenzó en el 2020, durante la pandemia del COVID 19. El mismo autor confiesa que la escritura de este cuentario se dio justamente por las distintas situaciones que vivió la humanidad en este periodo de tiempo tan extraño e incierto; “estas historias son el resultado de una terapia por diagnóstico depresivo prepandémico. Todas fueron escritas durante madrugadas de insomnio, durante los encierros obligados y voluntarios que viví desde el año 2020″. El libro consta de 11 relatos que sitúan al narrador protagonista en un escenario en el que el paso de los años le da la capacidad reflexiva para evaluar cómo la infancia y las otras épocas de vida marcan los pasos del futuro.

Las escenas de familia

En EUCALIPTOS SIN AROMA el recuerdo por las escenas de familia es recurrente y permite que los lectores asuman una perspectiva emocional y afectiva. En el cuento historia de niños, por ejemplo, la inocencia y los juegos de la infancia permiten las evocaciones del narrador protagonista. Los hechos no se narran desde un tiempo presente; sino, más bien, existe una mirada adulta que recorre los pasillos de la niñez; “en estos meses de tristes recuerdos, refresco nuestra hermosa historia infantil, la cual vivimos juntos”. Por momentos aparecen hechos que podrían leerse como autoficcionales; sin embargo, el autor en todo momento declara su pacto de ficción. Otro relato que también evoca las escenas de familia es Mi tío Alejo; aquí el protagonista recuerda la figura de un querido tío que estuvo en una etapa muy importante y difícil. La familia es, en este sentido, una metáfora de la comunión; un simbolismo del apoyo y la fortaleza a la que recurre el ser humano cuando está en situaciones límites.

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La presencia del padre

En los cuentos de EUCALIPTOS SIN AROMA es recurrente la presencia de la familia tanto en la configuración de personajes como en la de situaciones; sin embargo, es la figura paterna la que realmente adquiere relevancia; esta se encuentra en los cuentos ya comentados y en otros como El féretro y un pisco, Caviar, Carta a mi abuelo y Eucalipto sin aroma. En estos relatos el padre es la compañía virgiliana que necesita el narrador para acentuar sus pasos en el mundo; “todos estos planes los tenía muy claros, después de haber escuchado mil veces la historia de superación personal de mi padre”. Por momentos el padre es el ser comprensivo que se confabula con el hijo para imaginar los sueños de la infancia, por momentos también es el sujeto responsable y adulto que exige a su descendencia un plan para afrontar los retos de vida; por momentos es, además, el ser reflexivo y pensante en el que los hijos pueden encontrar las respuestas más impensadas. Ahora bien, con certeza puedo afirmar que en los cuentos de Federico Alponte la figura paterna siempre será una presencia mística que se renueva constantemente en las imágenes que los hijos evocan.

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La añoranza por Trujillo

Federico Alponte vive actualmente en la ciudad de Lima; sin embargo, en su narrativa le ha hecho un lugar muy significativo a Trujillo, su ciudad de origen. Inevitablemente su ejercicio de escritura conjuga los recuerdos con los escenarios donde se forjaron. Así, por ejemplo, en el cuento Carta a mi abuelo aparecen las calles coloniales y tradicionales del centro histórico trujillano. De igual forma, el cuento Un golpe se sitúa en el balneario de Pacasmayo, ubicado en el Departamento de La Libertad. En estas dos historias aparece de forma significativa y recurrente la tierra natal del escritor; sin embargo, en otros relatos también se filtra el recuerdo por las calles trujillanas y los amores que ahí dejaron huella. Las historias de EUCALIPTOS SIN AROMAS son muy parecidas a las que nosotros los lectores hemos vivido; pues, al fin y al cabo, somos seres dotados de recuerdos, nostalgias y fantasías que tenemos la necesidad de contar.

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