MITORAL es una colección que recupera y recrea el relato popular. Y, junto a estos dos grandes propósitos, en sus textos entreteje y libera el humor, con un impecable trabajo lingüístico.
MITORAL es una colección que recupera y recrea el relato popular. Y, junto a estos dos grandes propósitos, en sus textos entreteje y libera el humor, con un impecable trabajo lingüístico.

“Luego de explorar estos libros, puedo decir que es maravilloso lo que escribe este señor Teodoro Bernabé. ¡Es maravilloso, maravilloso, maravilloso! Espero poder tener toda la colección y también gestionar la adquisición de esta extraordinaria serie para la Biblioteca de la Casa de la Literatura”. Estas fueron las emotivas palabras de la maestra Cucha Del Águila, especialista del área de Educación, de la Casa de la Literatura Peruana, al tener en sus manos los dos primeros libros de la serie Mitoral.

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Y es que esta serie tiene tanta riqueza lingüística, literaria e histórica que luego de tenerla entre sus manos “el lector no solo disfrutará de su lectura, sino que descubrirá cómo es que, gracias a la habilidad narrativa del autor, las experiencias individuales se convierten en colectivas e imperecederas”.

Colección Mitoral

MITORAL I, II, III y IV es una colección que recupera y recrea el relato popular. Y, junto a estos dos grandes propósitos, en sus textos entreteje y libera el humor. Y lo más grandioso: gracias a ese tejido, el lector puede descubrirse en medio del nexo vital entre los pobladores de Virú y sus antecesores, como si se estuviese frente a un hoy inacabable.

Al consultarle a Carlos Santa María, responsable de la edición, él nos dice que los cuatro tomos de MITORAL forman parte de la serie “Valoración”. Es uno de los tres proyectos con los que trabaja Nectandra Ediciones. “Y, como su nombre lo indica, se trata de una serie que tiene como propósito poner en valor a autores de la región, a partir de la reedición de sus libros, los cuales, por diversos motivos, dejaron de circular hace ya más de treinta años, a pesar de ser considerados por la crítica como pilares de nuestra literatura”.

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La valía de Mitoral

Para Carlos Santa María, aparte del innegable valor literario que encierra esta obra (la colección), se pueden reconocer tres valores adicionales. Uno de ellos es su valor histórico: los relatos nos ofrecen un punto de vista distinto sobre sucesos acontecidos en nuestra historia. He aquí dos ejemplos: cómo se mandaba a enterrar a los enfermos sin esperar a que murieran, en el tiempo de la peste bubónica; o cómo la colonia japonesa asentada en Virú escondía armas suficientes para derrocar al gobierno de turno.

Otro es su valor antropológico: se nos relata mitos y leyendas de los cuales no se conserva un registro escrito. La Vilcora, es un ejemplo de ello. Se trata de un ave que castiga con la muerte a quien osa imitar su canto; siempre llega acompañada de la Tijera (que corta la cuerda de la vida) y la Aceitera (que roba la grasa del difunto para alimentar las llamas del Infierno). También se nos habla de usos y costumbres ya extintos, como el hecho de que los más pobres transportaban a sus muertos hasta el cementerio (o a la huaca que hacía sus veces) en una suerte de “tumba comunitaria”, con el difunto a la vista de todos, sin tapa y con asas a los costados, la cual era conocida como tabula.

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Su valor lingüístico

Aparte de los dos anteriores, es innegable su valor lingüístico. Carlos Santa María considera que se da un aporte amplísimo de localismos de los cuales no se tiene registro, por ejemplo: “leche canillona”, por citar a la hierba luisa, cuya hoja es larga como las canillas y servía para el desayuno (reemplazando a la leche) de los más pobres; “remontada” por la persona que es traída del monte; “caritas” por los huacos retratos; y tantos ejemplos más.

Definitivamente, MITORAL es una obra con un gran valor histórico, antropológico y lingüístico. Pero, dentro de estos valores citados por Carlos Santa María, yo quiero destacar el tercero, en particular. Más allá de legado lexical, Teodoro Bernabé tiene la habilidad de trabajar con el lenguaje. No solo es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta.

Su habilidad narrativa es la de un cualificado artista y de un experto artesano. Y no es una contradicción. Él sabe seleccionar el conocimiento popular para entramarlo cuidadosamente en el lienzo de la narración. Sabe hilar fino con el lenguaje (como un buen profesional) y sabe ponerle su sello personal (como todo buen artesano).

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Valoraciones de expertos

A continuación, quiero citar algunas apreciaciones de destacados intelectuales y escritores. El reconocido crítico Ricardo González Vigil afirma que es “Todo un acierto la reedición de Mitoral, un auténtico clásico regional de Teodoro Bernabé. La voz colectiva de Virú, sus creencias y costumbres, no solo mantienen en cada línea su intensidad expresiva. Se diría incluso que la acrecientan con cada relectura”.

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Por su parte, el maestro Saniel Lozano Alvarado afirma categóricamente que “Bernabé no se limita a investigar o recopilar; su tarea se enriquece con una inusual, cautivante y atractiva prosa que evidencia a un creador genuino, animado por el fervor a su tierra, a sus ancestros y a la idiosincrasia de su gente”. En esa misma perspectiva, el laureado escritor Cronwell Jara considera que “En Teodoro Bernabé supervive el espíritu de los mitos y leyendas, propios de su región, como no se da en ningún otro escritor”.

Por mi parte, diré que “siguiendo el espíritu de don Ricardo Palma y cultivando la vena humorística de Gregorio Martínez y Antonio Gálvez Ronceros, Teodoro Bernabé realiza una valiosa contribución a nuestra literatura”. Por ende, vale la pena leerlo.

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