En Anfetaminas y otras dosis, Joe Guzmán no solo ofrece su verdad y su lectura como crítico, también nos confía una de sus mayores pasiones: el amor por aquellos libros y autores que lo han formado como escritor.
En Anfetaminas y otras dosis, Joe Guzmán no solo ofrece su verdad y su lectura como crítico, también nos confía una de sus mayores pasiones: el amor por aquellos libros y autores que lo han formado como escritor.

De acuerdo con el escritor argentino Ricardo Piglia, el trabaja con criterios de verdad más firmes, pues pretende que su voz propia y subjetiva se haga oír como una verdadera. A diferencia del novelista que trabaja con la verdad para crear un discurso que no es ni verdadero ni falso, el crítico literario busca convencernos de que es verdad lo que dice. Ahora bien, así como el novelista no es un mentiroso cuando ficcionaliza, el crítico tampoco miente cuando nos revela su verdad y nos permite entender y problematizar un mundo complejo y difícil. Nosotros los lectores reconocemos, en ese sentido, el aporte que el crítico hace en nuestro análisis y sumamos su voz a la nuestra cuando recordamos un texto leído o comenzamos la lectura de uno nuevo. Digo todo esto porque el escritor trujillano Joe Guzmán acaba de publicar un libro de artículos literarios titulado Anfetaminas y otras dosis. En varios de estos ensayos, Guzmán nos permiten entender realidades, mecanismos, posturas y proyectos estéticos que consagrados escritores nos han dejado a través del tiempo. En esta nueva publicación, Joe Guzmán no solo ofrece su verdad y su lectura como crítico, también nos confía una de sus mayores pasiones: el amor por aquellos libros y autores que lo han formado como escritor.

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Los textos que Joe Guzmán presenta en Anfetaminas y otras dosis -además de consolidar una verdad, un punto de vista sobre el fenómeno literario- también muestran un trabajo serio y responsable sobre la lectura crítica. Los artículos de este libro parten de un análisis documentado lo cual evidencia claramente la formación académica del autor. Así, por ejemplo, en Estúpido y sensual Fitzgerald, Guzmán no analiza una de las grandes obras del novelista norteamericano; la vida del mismo Scott Fitzgerald se convierte en la motivación de sus reflexiones; “aparte del talento innato que tenía Fitzgerald para narrar, también sobresalía en educar literariamente a posibles escritores”. Cabe señalar que el comentario realizado por Guzmán está acompañado por distintas fuentes bibliográficas como cartas, diarios y anotaciones que el mismo autor de Hermosos y malditos nos dejó. Este tipo de documentación es una constante en el libro y, por ende, un valioso mérito.

Lenguaje crítico del texto

La crítica de un texto de ficción amerita que el discurso que expresa ese análisis sea el adecuado. Los artículos de Guzmán se caracterizan fundamentalmente por la novedad y la incitación; es decir, en cada página el lector encuentra información que lo sorprende y lo motivan a leer el libro comentado o el autor reseñado. Esto último, sin embargo, no niega el rigor académico que está presente en los artículos del mismo libro. En La poesía esquizofrénica se lee lo siguiente: “En su poesía hay tres vertientes que me impresionan mucho. La primera es referente a la poetización de los desequilibrios mentales que bien podríamos llamarlo la poética de la locura”. El comentario hecho por Guzmán ya sobrepasa cualquier propósito motivacional y más bien se inserta en la tradición de la crítica que busca desmenuzar el texto para adquirir nuevas formas de lectura e interpretación. Finalmente, un aspecto más que considero rescatable en torno al lenguaje empleado en Anfetaminas y otras dosis tiene que ver con el sentido retórico y alegórico que el autor emplea para que lo escrito armonice con lo analizado. El artículo Hermoso demonio antropófago evidencia esto último; “César Moro es un amigo de la universidad, un padre fallecido en tierras ajenas, un eructo después de un espantoso bocado, una noche de alcohol, drogas y sexo”. Son pocas las formas de escritura que se pueden realizar cuando se trata de escribir sobre seres tan complejos como César Moro y Joe Guzmán en este artículo lo ha conseguido.

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Mirada crítica del crítico

El escritor cubano Reinaldo Arenas, en su labor de crítico literario, nos permitió entender y apreciar aún más la poesía de Virgilio Piñera. En su análisis del poema La isla en peso, Arenas nos enseña que la poesía Piñera es belleza, compromiso, trabajo, admiración y sorpresa. La crítica literaria es capaz de alterar nuestra forma de entender la realidad, no para arruinar nuestra lectura inicial, sino para desestabilizarnos y redescubrir nuevos universos que habitan en las ficciones. Con Anfetaminas y otras dosis, Joe Guzmán va camino a conseguir esa mirada crítica del entorno; comienza a lograr que los lectores tengan nuevas formas de lectura que los inciten a repensar su entorno y el de los demás.

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